LA LIMA, CORTÉS. El inicio de un nuevo año suele crear nociones orientadas al reinicio de la vida, para dejar atrás problemas que marcan, sin embargo, en muchas ocasiones, lo mencionado dista de la realidad.
La situación actual de muchos damnificados en La Lima, es para muchos, un panorama desconcertante, lleno de miseria y desesperanza, que ataca hasta el alma más inocente, y la mente más experimentada.
Desde la ventana de un automotor parece fácil ver la desesperanza de muchos damnificados. Pero no, es imposible no perderse en pensamientos, mientras ves a decenas de niños, en medio de la miseria.
Manos extendidas, y ojos de suplicas, son comunes en el trayecto de varios kilómetros en La Lima, y es que, varios menores ven en los vehículos una esperanza para obtener ingresos.
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Casas improvisadas
Otro hecho desconcertante son los hogares improvisados, que se ven rodeados de lodo, cuando existen lluvias. Para muchos, la pesadilla traída por Iota y Eta terminó. No obstante, los damnificados de La Lima aún viven esa dura realidad, que al parecer, no tiene fecha de caducidad aún.
Peligros
La calamidad no es el único problema para los damnificados de La Lima. Al mencionado se suman los posibles accidentes de tránsito, la transmisión de enfermedades como el dengue y el COVID. Asimismo, médicos consideran que puede darse la proliferación de enfermedades vinculadas con la higiene, debido a las condiciones del lugar.
Un hecho evidente en el lugar es la cantidad enorme de basura existente en la zona, lo cual viene a empeorar la situación.
¿Soluciones?
Algunos expertos consideran que la solución más viable gira en torno a la reubicación de las personas. Y eso debe suceder con la entrega de casas, ya que muchos de esos damnificados perdieron incluso los terrenos donde tenían sus hogares.
Asimismo, podría brindarse apoyo a través de programas sociales, que mejoren el nivel de vida de esas personas, quienes, en muchos casos, deben empezar de cero, porque lo perdieron todo.
Algunos testigos consideran que por el momento, lo que parece evidente para los damnificados en La Lima es que el Año Nuevo, no traerá una vida nueva.
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