CORTÉS, HONDURAS. En zozobra se encuentran los damnificados que permanecen abajo del puente de la 27 calle en el bulevar del este, en la ciudad de San Pedro Sula, pues vuelven a revivir lo que sufrieron con las tormentas Eta e Iota.
Son más de 100 familias las que están habitando en este lugar, luego de salir de sus viviendas, alertadas por la crecida de los ríos en el Valle de Sula.
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«Siempre hay temor, porque así es cuando llega el agua, de un solo se llena, nosotros para salvar nuestras vidas tenemos que salir corriendo», precisó una ciudadana en Noticieros Hoy Mismo.
De acuerdo con lo mencionado por la afectada, les tocó salir de noche, con temor y desespero tuvieron que quedarse abajo del puente.
«Los mayores no pudimos dormir, por estar cuidando a los pequeños y nuestras cosas, otra vez volvimos a pasar lo sucedido en Eta e Iota», relató.
Además de eso, la hondureña sostuvo que no habían almorzado y que esperaban la ayuda de la ciudadanía.
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«Desde ayer no comemos, por estar alistando todo, nos anotaron, pero no nos mandaron los camiones que nos prometieron», expresó otra fémina que se encontraba descansando en una cama, al aire libre.
«El niño ya me pidió comida, nosotros tenemos hambre, pero como vamos a hacer, no tenemos ni donde cocinar aquí», afirmó otra afectada.
Damnificados denuncian altos cobros en fletes y alquiler
Varios ciudadanos denunciaron que se estaban aprovechando de su vulnerabilidad, cuando estaban evacuando, pues les estaban cobrando cifras elevadas por fletes y alquileres.
La situación los dejó consternados, pues según indicaron, en lugar de recibir apoyo, los estaban perjudicando más.
A través de redes sociales, estas denuncias se viralizaron y los hondureños también comenzaron a opinar al respecto.
Una mujer publicó en su cuenta de Facebook: «Unos a la bulla y otros, pues aprovechándose de la situación. No sean tan bárbaros, uno está pidiendo alquilado para días nada más y me salen que 10,000 y 11,000 la renta».
Sumado a eso, relató que le estaban pidiendo un mes de anticipo. «Somos personas que estamos huyendo por inundaciones, no porque no nos guste vivir aquí. Pónganse la mano en la consciencia», prosiguió.
Pero eso no es todo, porque las denuncias también recaen en los llamados «fleteros».
«Me piden de 5,000 para arriba, no sean groseros. La mayoría de personas somos trabajadoras y luchadoras, con familia. No sean así, no todos tenemos la misma suerte de tener esa solvencia económica de decir que con dinero todo se arregla», precisó la afectada.
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