OLANCHO-HONDURAS. Unas 900 monedas de oro fueron encontradas enterradas en una vasija de barro (botija) a la orilla de un río de una aldea de Gualaco, Olancho, zona Oriente del país.
Según información que se maneja, el tesoro lo descubrieron jóvenes que bañaban en el sector.
De acuerdo a lo que se dio a conocer, al realizar el sorprendente hallazgo los jóvenes contaron la buena noticia a los pobladores de la zona asegurando que eran millonarios. Sin embargo, la alegría les duró poco y su curioso descubrimiento tomó un final triste. Lo anterior, porque apareció un hombre que reclamó el botín argumentando que se trataba de una fortuna de su padre fallecido.
En ese sentido, se detalló que las 900 monedas de oro estaban valoradas aproximadamente en 100 mil lempiras.
La imagen de la botija con el caudal le ha dado la vuelta al país y el insólito hecho ha dejado boquiabiertos a los hondureños. La interrogante que se hace la ciudadanía es si el hombre que les quitó el tesoro a los bañistas era el verdadero dueño de las monedas.
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El sorprendente descubrimiento se realizó la aldea Pusunca
Datos preliminares indicaron que el sorprendente descubrimiento se realizó en acuífero, de la aldea de nombre “Pusunca”, municipio de Río Grande, Olancho.
Uno de las personas que encontró la botija contó que ellos bañaban en el río cuando hallaron las monedas, pero minutos después un hombre armado llegó al lugar y les dijo que el botín le pertenecía.
No obstante, les dio una bonificación por haber encontrado dicha riqueza. Lo único que supieron del hombre, según narró el testigo, es que su padre lanzó la botija al agua antes de morir. Y le dijo a su hijo que tenía que recuperarla, si quería la herencia.
Otro de los vecinos del sector informó que el hallazgo se realizó la semana pasada en el río Grande, Gualaco. Exactamente en el fluvial de la aldea “Pusunca”.