REDACCIÓN. Las galletas, especialmente las galletas María, son uno de los alimentos más habituales en la merienda de muchas personas. También son utilizadas en muchos de los postres más populares y sabrosos del mundo, entre los que se encuentran tartas y pasteles.
Con su típica forma redonda, seguro que hay algo en lo que sus consumidores no han reparado nunca y es el porqué tienen tantos agujeros repartidos por su superficie.
Durante muchos años, algunas personas han pensado que esos orificios están allí para ayudar a que se empapen mejor en la leche, el café, el chocolate o el líquido con el que las tomemos. Sin embargo, la realidad es totalmente distinta para la industria alimenticia.
Los agujeros de las galletas, en especial en las galletas María, son en realidad unos orificios de ventilación que favorecen que el vapor pueda salir durante el proceso de horneado, evitando que se formen burbujas de aire en la masa de las galletas y que estas se estropeen.
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Si no contaran con estos agujeros, las galletas se quedarían crudas por dentro o el proceso de cocción no se haría de forma correcta.
Por lo tanto, estos orificios no son una decoración y tampoco están para que los líquidos las cubran por completo; están allí para facilitar su fabricación y calidad final.
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Origen de las galletas María
Estas fueron creadas en Londres, Inglaterra en 18742 por Peek Freans, una empresa inglesa de galletas. Se hicieron para conmemorar el matrimonio entre la Gran duquesa María Aleksándrovna de Rusia y el príncipe Alfredo I de Sajonia-Coburgo-Gotha, hijo de la Reina Victoria.
De la duquesa María Aleksándrova de Rusia es quien toma el nombre la popular galleta María o “Marie biscuit” en inglés.
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