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jueves, noviembre 21, 2024

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REDACCIÓN. Las emociones son tan importantes en la salud que tienen el poder de hacernos engordar o adelgazar. Aun así, muchos profesionales de la salud le quitan importancia a la parte más psicológica y reducen el proceso de pérdida de peso a hacer una dieta y ejercicio.

Todo el mundo sabe que cuando se tiene una emoción determinada las ganas de comer aumentan o disminuyen. Por ejemplo, cuando se siente alegría o euforia uno siente más ganas de comer, y de compartir la comida con los demás. Por el contrario, las emociones como la tristeza o a decepción suelen cerrar el estómago.

Conocer el impacto que tienen las emociones sobre el apetito no solo es importante para predecir el proceso de pérdida de peso, sino que también para aquellas personas que buscan aumentar la masa muscular en el gimnasio. Por ello, a continuación hacemos un repaso sobre cuáles emociones te hacen engordar o adelgazar.

emociones hacen engordar adelgazar
De acuerdo a expertos, sentimientos como la tristeza pueden tener un impacto negativo en la alimentación.

La ansiedad y el apetito

La ansiedad es una emoción que se origina cuando se anticipa un peligro en el futuro. Como cualquier emoción tiene una función para la supervivencia, por lo que en sí misma no es mala. El problema viene cuando ese estado de ansiedad se prolonga en el tiempo, lo que tiene un impacto negativo sobre todo en la relación con la comida.

Los estado de ansiedad prolongados pueden llevar a que la persona se pegue atracones como una forma de regular su estado de ánimo. Todos cuando estamos nerviosos comemos más rápido o más cantidad. Cuando esto se lleva al extremo aparecen los atracones, lo que implica una pérdida de control sobre la comida.

Los atracones no solo hacen que la persona sufra un aumento de peso en poco tiempo. Si no que también algunas ponen en marcha conductas compensatorias, como el ejercicio o los diuréticos, pudiendo desarrollar un principio de bulimia nerviosa.

Relación entre las emociones y la tiroides

La tiroides es una glándula endocrina que se encarga de regular el metabolismo. Las personas que tienen problemas en esta glándula experimentan tanto subidas como bajadas de peso, esto depende de la actividad anormal de la tiroides.

Más interesante es la relación entre la tiroides y las emociones. Las alteraciones de esta parte del cuerpo también se relaciona con cambios en las emociones. El hipertiroidismo, una actividad en exceso de la tiroides, lleva a un metabolismo acelerado, y por tanto una pérdida de peso; así como estados de inquietud y ansiedad.

Por el contrario, el hipotiroidismo se asocia a lo contrario generando un metabolismo decelerado, un aumento de peso y emociones de tristeza.

La tristeza quita el hambre

Anteriormente se ha visto que la ansiedad normalmente aumenta el apetito y se relaciona con los atracones de comida. Por su parte, la tristeza produce el efecto contrario bajando el nivel de activación del organismo, y esto se refleja en las ganas de comer.

Los estados de tristeza mantenidos en el tiempo, como es el caso de la depresión, causan una pérdida de peso significativa. También cabe la posibilidad de que el peso aumente por una hiperfagia, pero lo habitual es que disminuya.

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Las emociones puede tener un impacto directo en la ingesta de alimentos.

Esto es especialmente problemático en la tercera edad, ya que la pérdida de peso acarrea otros problemas de salud. Además, la depresión en la tercera edad es más prevalente que cuando se es joven, pero es una patología que está infradiagnosticada. Según un artículo publicado en la Revista Nutrición Hospitalaria, en la ancianidad la depresión es un factor de riesgo para la desnutrición, especialmente entre los hombres mayores.

Regular el peso

Tener un objetivo relacionado con el peso implica un duro trabajo en el que hay que prestar atención a muchos aspectos. Creer que solo depende de hacer dieta y ejercicio es un error, puesto que también influyen otros factores que no son tan visibles, como las emociones.

El primer paso para saber si las emociones te hacen engordar o adelgazar es prestar atención a uno mismo. El saber qué se siente y cómo afecta al apetito es necesario para tener en cuenta en qué medida las emociones están facilitando o perjudicando al objetivo.


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