TEGUCIGALPA, HONDURAS. La extradición del expresidente Juan Orlando Hernández estaba programada para las 7:00 de la mañana del jueves 21 de abril del año en curso. Sin embargo, se reagendó su salida del territorio hondureño para la 1:00 de la tarde.
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Desde que el Sol cubrió el suelo catracho, la Dirección Nacional de Unidades Especiales (Cobras) se encontraba fuertemente custodiada.
La aeronave Beechcraft Super King Air 350 despegó a eso de las 9:40 de la mañana desde el Fort Lauderdale y se esperaba que llegara a la base área Hernán Acosta Mejía a las 11:30 de la mañana.
Aproximadamente a las 10:30 de la mañana se notificó que el tiempo de espera para la entrega del abogado y expresidente de Honduras se acortaría.
Minutos después del anuncio, centenares de miembros de Seguridad comenzaron a desplegarse por todo el recinto para tomar sus posiciones e iniciar el operativo.
En diferentes puntos estratégicos se colocaron francotiradores certificados, quienes estaban vigilando cualquier acción sospechosa que alterara el curso de la estrategia.
Alrededor de las 11 de la mañana, los agentes comenzaron a preparar el helipuerto para el arribo de la aeronave de la Policía que trasladaría al exmandatario JOH.
Sin embargo, solo pasaron uno minutos y el estruendo de las hélices comenzó a hacer eco en el lugar.
Luz verde
El ministro de Seguridad, Ramón Sabillón, dio luz verde y la operación “Liberación” comenzó, captando la atención de todo el pueblo hondureño.
Exactamente a las 11:31 de mañana, quien alguna vez ostento el máximo cargo de autoridad de Honduras, descendió por la escalera del recinto policial rumbo al helicóptero que los trasladaría hacia la base área.
El expresidente Juan Orlando Hernández portaba un chumpa color azul, unos jeans, zapatos negros y gafas negras.
Como accesorios, a diferencia de otras ocasiones, sus manos portaban grilletas color plata. Hernández caminó junto al ministro de Seguridad, saludando a los presentes mientras utilizaba una mascarilla de color azul.
Elementos de Seguridad resguardaron al antiguo presidente en su camino a la aeronave, la cual sería el medio de transporte hacia el lugar acordado de la entrega.
Minutos más tarde, Juan Orlando Hernández llegó a la base área Hernán Acosta Mejía, donde esperó la llegada del avión de la DEA.
Llegada del la DEA
El avión que trasladó al exmandatario hondureño arribó al país exactamente a las 1:17 de la tarde, en medio de la bruma que rodea al capital hondureña.
Los agentes norteamericanos abrieron la puerta que reveló la alta temperatura de Tegucigalpa. Descendieron de las escaleras de la aeronave a cargar el tanque de combustible para su viaje de regreso.
El abogado salió en compañía del ministro de Seguridad, Ramón Sabillón, y el subsecretario de Estado de Defensa Nacional, Elías Melgar Urbina.
Hernández ingresó a la avioneta sin voltear a ver atrás, y seguido de él, los agentes que le brindarán instrucciones sobre el proceso.
Cuando el reloj marcaba 2:14, los motores se encendieron de nuevo y el piloto fijó la ruta del camino que los dirigirá al país de las barras y las estrellas.
La aeronave se elevó y en su interior llevaba una parte de la historia de Honduras; Juan Orlando Hernández se despidió de la tierra que lo vio nacer para enfrentar la justicia extranjera.
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