CORTÉS, HONDURAS. Cinco días habían pasado desde que el Valle de Sula y otros sectores del país quedaron completamente sumergidos debido al desbordamiento de los ríos. El huracán Eta ya era historia, pero Iota, con similar trayectoria, ya venía directamente a Honduras.
Sí, una nueva amenaza se acercaba, pero los hondureños damnificados recién comenzaban a limpiar sus hogares, no todos, por supuesto, pues hubo a quienes la corriente les botó todas las paredes de su hogar.
Necesitados de ayuda, como víveres y material de aseo e higiene personal, organizaciones internaciones y varios países decidieron proyectarse con los hondureños afectados por Eta.
A Honduras venían grandes cantidades de donaciones, pero la Comisión Permanente de Contingencias servía de obstáculo, pues, por norma, las autoridades gubernamentales decidieron que cualquier ayuda procedente del extranjero debía llegar a través de COPECO. Esa determinación comenzó a frenar las buenas voluntades de varias naciones.
Honduras necesitaba una ley de donaciones, así lo dijo este martes el diputado del Partido Nacional Reynaldo Ekónomo, porque, según él, así las personas no tendrían que ir a COPECO u otros organismos gubernamentales para que las autorizaran.
Ekónomo también informó que, por falta de esa ley de donaciones, al menos 170 contenedores que contienen ayuda para los afectados por Eta no pudieron ingresar al territorio hondureño.
A través de medios locales, el congresista dio a conocer que, en 2018, el diputado Samir Molina propuso crear la ley de donaciones, entonces, se comenzó a preparar esa normativa, pero en el Congreso Nacional “se engavetó.”
Lea también: COPECO recibe y se encargará de distribuir las donaciones que envió El Salvador
El Salvador, un pulgarcito que mostró su grandeza
La ayuda humanitaria enviada por el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, había llegado un día antes a Honduras. La COPECO se encargaría de recibirla y distribuirla a los damnificados.
Los más de 100 camiones que venían cargados y que servirán para las víctimas del depresión tropical Eta fueron recibidos por miles de compatriotas. Con pancartas, fuegos pirotécnicos y bailes fue como los hondureños celebraron y agradecieron al presidente extranjero.
La noticia fue tan grande que sobrepasó las fronteras y llegó hasta el mismo Bukele, quien se expresó en sus redes sociales. «Ja, ja, ja, ya no sigan, que estoy así de ir al helicóptero y aterrizar ahí«.
Las publicaciones siguieron, e incluso, durante la madrugada, el presidente seguía asombrado porque la celebración continuaba. «A esta hora, la gente sigue en las calles de Honduras, celebrando y saludando a nuestros camiones. ¿Qué acabamos de despertar en Centroamérica?», fueron las palabras de Bukele.
Él no fue el único que se manifestó en las redes sociales, pues tanto como salvadoreños y hondureños se intercambiaban palabras de ánimos en un momento donde toda Centroamérica se ha unido debido a la catástrofe Eta.
COPECO, un problema para ayudar
Pero mientras las provisiones de El Salvador ya estaban en Honduras, hondureños residentes en Atlanta, Estados Unidos, denunciaron que la COPECO y el gobierno de Honduras no les permitían la entrada de donaciones para personas afectadas por las inundaciones.
A través de un video que difundieron en redes sociales, hondureños revelaron que están paralizadas debido a la negligencia del gobierno.
“No aceptan que se envíe si no es por COPECO. (…) El gobierno no quiere dar permiso para que los productos se entreguen directamente en las manos del pueblo”, señalaron los denunciantes.
El panorama era sombrío
Pero mientras Honduras parecía ir saliendo a flote después de Eta, en Nicaragua para se preparaban para la llegada de otro huracán, igual o más destructivo: Iota. La COPECO también monitoreaba la nueva onda tropical, que estaba al este del mar Caribe, cerca de Puerto Rico, y se movía hacia el oeste.
Entre tanto, Honduras ya se preparaba para un triste conteo, el de las víctimas mortales por Eta. Sí, poco a poco los cadáveres de las personas que murieron a causa de las inundaciones iban siendo hallados.
Yuri Mora, vocero del Ministerio Público (MP), adelantó que Medicina Forense ya tenía instalado un contenedor (cuarto frio), para almacenar los cuerpos que vayan apareciendo.
«Queremos estar listos para que los cadáveres puedan ser procesados y también entregados lo más pronto posible a los dolientes», dijo él en ese momento.
Pero los rescates también continuaban. Aún habían personas atrapadas en los techos de su casa, de modo que equipos de la Policía Nacional, Fuerzas Armadas y Cuerpos de Bomberos continuaban rescatando a damnificados.
Rescates
A su vez, mientras las hazañas de los rescatistas ocurrían, las historias de los damnificados también comenzaban a sobresalir. Ese día, hubo dos que conmovieron sobremanera.
Una pareja sampedrana pudo reencontrarse con sus tres pequeños hijos en La Lima. Los padres estuvieron horas buscando a sus niños, sin darse por vencidos porque «sabían que estaban bien». La tarde del viernes vieron a los tres pequeñitos en la paila de un carro color blanco.
«Estuve tres días en el techo de la casa, extrañaba a mi papá y a mi mamá y a mi familia», comentó uno de los menores.
Desde otro punto del país, doña María del Carmen y su esposo, Atilio, son una pareja de ancianos que sufrió los embates de Eta, pero días después ambos se recuperaron de ese «trago amargo» y desde el asilo Nuestra Señora de Guadalupe relataron lo que calificaron como «lo más triste de sus vidas«.
«De mis 88 años que tengo, es lo más triste que he pasado. Nunca lo había pensado y nunca imaginé que íbamos a sufrir así, estábamos mojados y lodosos. Hasta para hacer del cuerpo, lo hacíamos encima del techo», dijo doña María.
Por otro lado, en una zona conocida Campo Tibombo, aproximadamente 20 personas seguían esperando para ser rescatadas; sí, llevaban cinco días soportado hambre y sed sobre los techos de sus casas.
Limpiando, pero sin apoyo
En Chamelecón, una de las zonas que se presentó afectada por las inundaciones, muchas personas perdieron todo, sus casas quedaron repletas de agua, por lo que, tuvieron que ser trasladadas a un albergue.
Ese 10 de noviembre, varias familias volvieron a sus casas con la intención de comenzar a limpiarlas del todo, pero les hacía falta apoyo de maquinaria pesada para remover todos los escombros.
Además de eso, algunas colonias del sector no tenían servicio de agua potable o energía eléctrica, lo cual volvía sumamente difícil avanzar con la tarea de aseo. Fue así como algunos pobladores comenzaron a solicitar maquinaria para limpiar las calles.
Nota para nuestros lectores:
Suscríbete gratis a más información en nuestro WhatsApp. Haga clic en el enlace: https://bit.ly/2Z2UF3j.