CORTÉS, HONDURAS. «La colonia San Carlos de Sula (San Pedro Sula) es un punto estratégico para el crimen organizado«, así lo reveló a Diario Tiempo una fuente estrechamente vinculada a la Dirección Policial de Investigaciones (DPI).
Recientemente en dicha zona de la ciudad industrial ocurrió un decomiso de supuesta droga valorada en más de L. 1 millón y tres supuestos miembros de la organización criminal Mara Salvatrucha MS-13 cayeron en manos de la justicia. Esta acción la ejecutaron autoridades de la Fuerza Nacional Anti Maras y Pandillas (FNAMP). La Policía Militar de Orden Público (PMOP) acompañó.
Los detenidos son Milton Joel Hernández Martínez, conocido como «El Manto», quien tiene aproximadamente cinco años de formar parte de esta organización delictiva y actualmente era el encargado de transportar y distribuir la droga. El segundo detenido es Julio Membreño, alias “El Pelucas”, quien también se encargaba de transportar la droga. La mujer detenida fue Ivis Holanda Florentina Cruz.
En la lujosa vivienda había catorce paquetes de marihuana que pesaban 224 libras, L. 42 mil en efectivo, varias armas de fuego, vehículos y libretas contables. En el interior se encontraban dos personas más, quienes serían la empleada doméstica y un menor de edad.
¿Por qué se refugian allí?
La fuente de la DPI confesó que en dicha colonia hay «varias viviendas que están en poder de la Oficina Administradora de Bienes Incautados (OABI)«. Eso significa que no es la primera vez que fuerzas de seguridad llegan para hacer allanamientos y aseguramientos de propiedades.
«Las estructuras criminales también tienen sus estatus. Los líderes tienen poder económico, político y social. Entonces viven en residenciales para aparentar ser de alta sociedad y burlar autoridades«, agregó.
Ahora bien, el entrevistado dejó claro que esta situación no es algo que sólo ocurre en la San Carlos de Sula, sin embargo, dicha colonia sí tiene un atractivo particular para las maras, pandillas y bandas de narcotráfico, «y es que está cerca de los sectores Satélite y Rivera Hernández, además de su fácil acceso a los salidas de la ciudad».
Al mismo tiempo, la fuente señaló que cuando se hallan estupefacientes en las zonas de alta plusvalía no siempre hay vínculos directos con capos de la droga, sino más bien con maras y pandillas, organizaciones delictivas a las que «los brazos del narcotráfico en el país ha alcanzado».
Antecedentes
En abril del presente año, seis supuestos autores materiales de una masacre en la que murieron cuatro empleados de un taller de refrigeración, ubicado en barrio Las Palmas, fueron capturados en la colonia San Carlos de Sula.
El día 11 de ese mes, el ex portavoz de la Policía Cristian Nolasco, informó que había «una hipótesis fuerte, y es ajuste de cuentas por la venta de drogas en el lugar”.
Otro de los antecedentes más sonados tuvo lugar el 24 de septiembre 2019, cuando autoridades allanaron una residencia ubicada en la colonia San Carlos de Sula y al ingresar encontraron el inmueble vacío.
La propiedad, según el Ministerio Público (MP), era parte de los bienes a nombre de integrantes de una organización hondureña para el tráfico de cocaína que fueron capturados en Belice.
Los connacionales se llamaban José Jacobo Mejía García, Terencio Mejía Cruz, Allan Yovani Mejía Chirinos, Carlos Humberto Henríquez Gómez, David Noé Orellana Castillo y Norlan José Carrasco López. Junto a los hondureños cayeron Juan Pablo Larrea Cruz, de origen ecuatoriano, y el mexicano Miguel Cruz Meseguer.
La ATIC mencionó que estaban ligados a la empresa Sky Jet Elite, mediante la cual enviaban los cargamentos de droga, propiedad de los hermanos Juan Pablo y Xavier Larrea Cruz, presuntamente vinculados al cartel de Sinaloa.
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