YORO. Ayer, miércoles, un sujeto acabó con la vida de Héctor Enrique Sarmiento, gerente administrativo de la Standard Fruit de Honduras, en la zona de Palo Verde, Coyoles Central, Olanchito.
El hecho violento ocurrió a eso de las 11:15 de la mañana, cuando la víctima estaba en una terapia en el interior de un local.
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Aunque las autoridades comenzaron a montar operativos en la zona cuando les avisaron del crimen, no pudieron dar con el paradero del responsable.
El subcomisionado Cristóbal Muñoz, jefe departamental de la Policía en Colón, dijo que la víctima se encontraba en un centro de rehabilitación cuando llegaron dos hombres en motocicleta, uno se bajó y empezó a dispararle.
«Uno de ellos se bajó y le disparó cuando lo estaban atendiendo en el lugar«, recalcó el oficial. A su vez, precisó que están haciendo lo necesario para esclarecer el caso. «Por ahora no hay nada concreto de por qué ocurrió el hecho», añadió.
El cuerpo de la víctima quedó boca abajo sobre una camilla en la que estaba recibiendo masajes al interior de Hospital Hocosa. El tiroteo ocurrió frente al personal médico de ese centro asistencial.
Héctor Enrique Sarmiento era ingeniero, originario de la ciudad de Tegucigalpa y residía junto a su esposa e hijos en la comunidad de Coyoles Central.
El gerente era una persona muy querida en la zona y bastante apreciada por compañeros de trabajo. Cuando se enteraron del hecho violento contra él, muchos amigos se congregaron en las afueras del hospital.
Reacciones
«Don Héctor era una persona muy buena, todo mundo lo quería. La verdad yo nunca supe que tuviera problemas con alguien. Él hacía el trabajo que le correspondía. No se por qué lo habrían matado», afirmó uno de sus conocidos.
Familiares de Sarmiento pidieron a las autoridades policiales que investiguen el crimen y que se haga justicia. En tanto, en redes sociales, diferentes personas que lo conocieron también opinaron.
«Lamentable. Era el esposo de una enfermera en el Hocosa. Dios lo reciba y resignación a su esposa y familia. Horrible está en todos lados. Que los culpables paguen», escribieron.
«No entiendo, ¿no había vigilancia ahí? Mis condolencias a sus familiares, los buenos se están yendo y los malvados parecen estar reinando», agregaron.
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