ESTADOS UNIDOS. Una viróloga china afirma que probablemente el virus del COVID-19 se creó artificialmente en un laboratorio en el país asiático.
La viróloga Li-Meng Yan, tuvo que salir huyendo de China, hacia Estados Unidos, tras recibir amenazas de muerte. Desde entonces, ha trabajado durante los últimos meses junto a otros científicos compatriotas exiliados, para probar sus afirmaciones.
En un informe publicado por la doctora, en la plataforma digital de Zenodo, fundamentó la razón de sus pensamientos. El documento que consta de 26 páginas, se realizó en conjunto con otros tres médicos.
Se titula: “Características inusuales del genoma del SARS-CoV-2 que sugieren una modificación de laboratorio sofisticada en lugar de la evolución natural”.
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En el estudio, Yan escribe que el SARS-CoV-2, el virus que causa la COVID-19, podría haberse creado «convenientemente» en un laboratorio en tan sólo seis meses.
Según ella, la enfermedad presenta «características biológicas inconsistentes con un virus zoonótico natural».
Los fundamentos que respaldan la teoría
Yang presenta en el informe tres líneas de evidencia, para sustentar su teoría de que el virus se fabricó de manera artificial.
En primer lugar, “la secuencia genómica del SARS-CoV-2 es sospechosamente similar a la de un coronavirus de murciélago descubierto por laboratorios militares».
Los cuales son, la Tercera Universidad Médica Militar (Chongqing, China) y el Instituto de Investigación de Medicina del Comando de Nanjing (Nanjing, China)».
En segundo, “la unión al receptor (RBM) dentro de la proteína Spike de SARS-CoV-2, que determina la especificidad del huésped del virus, se asemeja al del SARS-CoV de la epidemia de 2003 de una manera sospechosa».
Según el informe, «la evidencia genómica sugiere que la RBM ha sido manipulada genéticamente”.
Por último, “el SARS-CoV-2 contiene una escisión de furina único en su proteína Spike». El cual, «se sabe que mejora enormemente la infectividad viral y el tropismo celular”, algo que según los autores del informe no es natural.
Las supuestas manipulaciones habría hecho que el virus del SARS-CoV-2 se convierta en un patógeno altamente transmisible.
La doctora supuestamente averiguó que el virus se estaba transmitiendo muy rápido entre personas, algo que todavía se desconocía. Ella le informó de sus hallazgos al doctor Leo Poon, un presunto contratista de la OMS que ocultó su investigación.
Poon le pidió a la viróloga que guardara silencio, dejando entrever que podría perder la vida. Después de temer por su seguridad, Yan huyó de China en un vuelo con destino a Los Ángeles a fines de abril.
Recientemente Yang había dado declaraciones para un programa británico, en cuanto al asunto. Ella mencionó: “proviene del laboratorio: el laboratorio en Wuhan y el laboratorio están controlados por el gobierno de China”, exclamó.
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