DE MUJERES.- El Black Friday ya esta aquí. Aunque se celebra siempre el cuarto viernes de noviembre, lo cierto es que las marcas adelantan los descuentos desde principios de mes.
Más en estas fechas que se aproximan: que si un conjunto para las cenas de Navidad, un regalo para un ser querido, ese caprichito que tanto tiempo llevamos esperando, una freidora de aire para empezar a comer sano. La famosa “wish list” podría ser interminable, pero desafortunadamente lo que no lo es, es el crédito disponible en la cuenta corriente.
¿Cómo sobrevivir al Black Friday 2022? Tranquilo, si sigues estos trucos infalibles, te prometemos que no acabarás el mes en números rojos.
Elabora una “lista de deseos”
No se puede ir a lo loco. Ante el aluvión de ofertas que se esperan por el ‘viernes negro’, hay que estar preparados para no acabar comprando cosas que no necesitamos. ¿Solución? Preparar la “wish list”, es decir, una lista de deseos con los artículos que tenemos que comprar sí o sí o que llevamos tiempo buscando. Si acotamos desde el principios unos caprichos mínimos, será más fácil no picar a los descuentos.
Prepara un presupuesto
Unido al pasado anterior, lo siguiente es fijar un presupuesto y ceñirse al mismo. Si no queremos ver nuestra economía comprometida, no hay que superar ciertos límites. Motivo por el que tenemos que saber, con antelación, cuál es el máximo dinero que podemos gastar. Y, por supuesto, no pasarse de dicha cantidad.
Prioriza los productos de tu “wish list”
¿Qué pasa si el presupuesto no da para toda la lista de deseos? Toca priorizar: saber qué artículos son más necesarios y, por ende, hay que poner por delante de los que son meros caprichos. Al final, siempre hay algún producto que puede esperar para más delante. Otro factor importante puede ser el precio: si hay algo que suele ser caro y ha bajado significativamente su valor, puede ser una buena oportunidad para comprarlo. Eso sí, siempre que no se pase del presupuesto anteriormente establecido.
Sigue la regla del 50/20/30
Entre las técnicas de ahorro, hay una fórmula de la que hablan todos los expertos económicos: la regla del 50/20/30. Su aplicación es de lo más sencilla: se debe destinar un 50% para los gastos más básicos, un 20% para ahorrar y un 30% para los gastos personales (lo que llamamos los caprichos). Gracias a este sistema, te será más fácil preparar tu presupuesto.
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Consulta con antelación los precios
¿Cómo saber si un producto tiene de verdad descuento? Consultando tiempo antes los precios. El Black Friday está plagado de publicidad engañosa y lo que se anuncia a bombo y platillo como un chollazo puede que no lo sea tanto. Sé precavido y no dejes que te engañen mirando los precios antes del inicio de la campaña.
Compara los artículos
Para asegurarte el mejor precio, también debes realizar un pequeño estudio de mercado. Si sabes qué artículo quieres comprar (un ordenador, un electrodoméstico…), búscalo en distintos comercios y plataformas electrodomésticas, esté anunciado con oferta o no. Esto es, no te quedes con la primera oferta.
También debes comparar si, con alguna característica distinta, se puede conseguir un mayor descuento. Por ejemplo, a veces un simple cambio de color puede suponer ahorrarse una cantidad importante de dinero. También se aconseja consultar alternativas similares.
Come antes de comprar
Puede parecer que no tiene importancia, pero el estómago puede inducirte a comprar compulsivamente. Ya no solo a la hora de ir al supermercado (motivándote a comprar alimentos más calóricos), sino también a comprar otro tipo de artículos. Para que el hambre no piense por ti, echa algún snack en el bolso.
Tómate un tiempo antes de pagar
Cuando encuentres el producto que quieres, no te lances corriendo a comprarlo. Piensa en si de verdad lo necesitas y lo vas a usar. También si estás comprando por internet: añade el artículo a la cesta de la compra y reflexiona. Y, sobre todo, no olvides de que el hecho de que algo esté rebajado sea sinónimo de tener que comprarlo.
Lleva la cuenta de tus gastos
Es vital para respetar el presupuesto. Suele ocurrir que vamos comprando y no llevamos la cuenta de lo que vamos gastando. Sobre todo cuando son compras pequeñas, pues es más fácil ir picando. Para no caer en este error se debe ir haciendo la cuenta en el momento, siendo la única forma de ser conscientes del importe real que hemos gastado y, si es necesario, echar el freno.