REDACCIÓN. El primer médico que falleció en el mundo por COVID-19 fue el oftalmólogo chino Li Wenliang: desde sus inicios, esta especialidad médica ha estado muy ligada a la pandemia.
Aunque la vía de contagio principal del coronavirus es la respiratoria, también puede ser transmitida por fómites mediante el contacto humano a través de las manos y de superficies contaminadas.
Por ello, la transmisión del SARS-CoV-2 a través de la superficie ocular y la lágrima es factible. Los aerosoles infectados por el virus entran en contacto con la superficie ocular y, posteriormente, al sistema respiratorio a través del conducto.
¿Cuáles son las manifestaciones oculares del COVID-19?
El SARS-CoV-2 está causando un gran impacto en todo el mundo y sus manifestaciones clínicas todavía no son del todo entendidas.
Los receptores en las células humanas que el coronavirus usa como mecanismo de entrada también están presentes en las células oculares.
La mayor parte de las investigaciones clínicas se han centrado en las manifestaciones respiratorias. Sin embargo, hay un creciente número de evidencias de manifestaciones oculares.
Los largos periodos de confinamiento y uso de mascarilla obligatorio han supuesto un aumento en la incidencia de ojo seco y otras enfermedades de la superficie ocular.
Las manifestaciones oculares producidas por el propio SARS-CoV-2 publicadas son muy variables e incluyen conjuntivitis, epiescleritis, ojo seco, sensación de cuerpo extraño, picazón, desenfoque de la visión y fotofobia.
La más frecuente es la conjuntivitis o inflamación de la mucosa conjuntival, que incluso puede presentarse como un signo temprano para el diagnóstico de COVID-19.
El periodo de incubación del virus oscila entre 5 y 14 días. Puede ocurrir de forma aislada, como pródromo de la infección respiratoria e, incluso, aparecer tras el comienzo de la clínica sistémica.
Además de la afectación de la superficie ocular, se han descrito casos de parálisis de los nervios que se encargan de inervar los músculos de los movimientos oculares.
También están apareciendo casos aislados de neuritis óptica. Además de en la córnea, también se ha detectado ARN viral del SARS-CoV-2 en la retina de pacientes con COVID-19 fallecidos.
¿Qué se puede hacer para evitarlo?
Algunas publicaciones han puesto de manifiesto que los ojos son una puerta de entrada del virus en el cuerpo y una fuente potencial de contagio.
A pesar de estar en estado de pandemia desde casi un año, no se conoce con exactitud el comportamiento de la infección. Por ello es esencial el lavado de manos continúo.
Aunque se haya aislado el virus en secreciones lagrimales de pacientes sin conjuntivitis, el riesgo de transmisión por vía ocular en estos sujetos parece despreciable, ya que la carga viral es mucho menor que en la mucosa respiratoria.
A pesar de estar en estado de pandemia desde hace ya más de 10 meses, no se conocen con exactitud el comportamiento de la infección. Pero es necesario ser muy prudentes.
En este sentido, es fundamental el lavado de manos continuo y evitar tocarse y frotarse los ojos.
Esta medida es especialmente importante en usuarios de lentes de contacto (el lavado y secado de manos antes y después del uso de las lentes de contacto).
Fuente: BBC
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