El término pornografía procede de las palabras griegas πόρνη (pórnē, «prostituta») y γράφειν (gráphein, «grabar, escribir, ilustrar») y el sufijo -ία (-ía, «estado de, propiedad de, lugar de»), teniendo por lo tanto el significado de «descripción o ilustración de las prostitutas o de la prostitución».
Hay que decir, sin embargo, que el término es de aparición reciente. En la Antigua Grecia, nunca se usó la palabra «pornografía» y el uso más antiguo consta en francés, de la década de 1800.
El término pornografía se refiere a todos aquellos materiales, imágenes o reproducciones que representan actos sexuales. Esto con el fin de provocar la excitación sexual del receptor.
Desde la década de 1970 las películas y fotografías con dicho contenido sexual explícito recibían la clasificación X para diferenciarlas de las de erotismo más suave.
En ese sentido, la pornografía se manifiesta a través de multitud de disciplinas, como cine, escultura, fotografía, historieta, literatura o pintura, y logró un gran auge en medios como las revistas pornográficas e inclusive el audio, y más recientemente en Internet.
Bien podría decirse que la pornografía es casi tan vieja como el mundo. En tiempos prehistóricos se dibujaban o se hacían estatuillas con caracteres sexuales exagerados: con senos enormes, tal y como las Venus paleolíticas, o con falos prominentes.
Sin embargo, en aquella época, la intención de estas representaciones no era excitar sexualmente, sino pedir a los dioses fertilidad y buenas cosechas.
En la India hay templos hinduistas construidos hace más de 2.500 años con decorados en relieve o esculturas que muestran parejas en el momento de la cópula.
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China cuenta con representaciones en pleno acto sexual
Mientras que en China se descubrieron dibujos y grabados de la época de la dinastía Chin con representaciones en pleno acto sexual.
Asimismo, en las ruinas de las ciudades griegas se encontraron desde jarrones con dibujos de parejas en el momento del coito hasta murales y textos con clara intencionalidad erótica.
Las ruinas de la ciudad de Pompeya, en el sur de Italia, sepultada por una erupción en 79 d. C., son como una cápsula de tiempo que permite conocer cómo se divertían los romanos. Los restos del principal burdel de la ciudad muestran numerosas escenas de sexo.
El surgimiento del cristianismo convirtió a las manifestaciones gráficas de sexualidad en un tabú. Sin embargo, no desaparecieron del todo, pues resurgieron en el Renacimiento, bien abiertamente o de manera discreta o encubierta.
La escultura que hizo Bernini de Teresa de Ávila la muestra en una pose que muchos interpretan como en un éxtasis orgásmico. En concreto el éxtasis místico se considera el equivalente espiritual al orgasmo físico.
La pornografía, tal como la conocemos hoy en día, surgió con la aparición de la fotografía. Pocos años después de que Daguerre inventara su daguerrotipo ya se hacían las primeras fotos de desnudos y las primeras fotos de parejas en el momento del coito.
En Gran Bretaña existe una fotografía tomada hacia el año 1,890 que muestra una mujer realizando sexo oral a un hombre. Esa imagen sería la primera foto pornográfica en un país anglosajón.
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