Tegucigalpa, Honduras. Bajar de peso es el objetivo de muchas personas y la sana alimentación, también el ejercicio, son factores para quemar kilos de más, aunque también hay infusiones como el jengibre que pueden ayudar para acelerar este proceso.
Los galenos advierten que el consumo de una bebida no es suficiente para lograr este objetivo de una forma adecuada. Además, señalan que es mejor consultar con el médico para perder peso de una manera segura y saludable.
El jengibre es un alimento, demostrado en varias investigaciones, que posee algunas propiedades beneficiosas para la salud.
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El jengibre puede aliviar el abdomen inflamado y el dolor de cabeza, ayuda a combatir las náuseas y algunas molestias estomacales leves. Asimismo, contribuye con el mantenimiento de una buena salud gastrointestinal.
De igual manera, puede ayudar a regular los niveles de glucosa en la sangre y de colesterol en la sangre.
También, indican que el agua de jengibre puede ayudar a evitar la retención de líquidos, dado que es una bebida que puede estimular la micción.
Preparación del jengibre
Para cumplir el objetivo de bajar de peso debe contar con jugo de 2 limones, seis tazas de agua (1,5 litros) y cinco cucharadas de jengibre rallado (50 g).
Este debe iniciar calentando el agua y cuando hierva se añade el jengibre. Luego se deja que se realice la decocción durante 1 o 2 minutos y se retira del fuego. Seguidamente se deja reposar por 10 minutos.
Se puede añadir otros ingredientes como el limón, la berenjena, la canela, la menta o el pepino para potenciar el efecto en el proceso y bajar de peso.
El jengibre posee propiedades que ayudan a desintoxicar el organismo y a combatir la retención de líquidos, debido a su efecto diurético.
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En ese sentido, los expertos recomiendan tomar un vaso de agua de jengibre en ayunas y por lo menos dos vasos (500 mL) a lo largo del día para favorecer la pérdida de peso.
Por otra parte, aseguran que permite ralentizar el proceso de absorción de azúcares y grasas. Al hacer más lento este proceso, el cuerpo ingiere menos calorías y consigue regular los niveles de glucosa en sangre.
También, beneficia la producción de serotonina, esta hormona es un neurotransmisor que permite controlar el apetito manteniendo a raya la sensación de hambre.
Fuente: Semana.
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