Redacción. El 27 de junio próximo, en Atlanta, Estados Unidos, en los estudios de CNN, Joe Biden y Donald Trump sostendrán un debate cara a cara para exponer sus diferencias políticas.
Ellos defenderán sus plataformas de gobierno frente a millones de votantes que aún se muestran indecisos sobre los principales candidatos presidenciales que aspiran a ganar en las elecciones del 5 de noviembre.
Biden y Trump tienen diferencias en prácticamente todos los aspectos. Exhiben comportamientos personales distintos y tienen puntos de vista opuestos sobre el cambio climático, la guerra de Ucrania, el conflicto de Gaza, el derecho al aborto y la importancia de los foros multilaterales.
Sin embargo, en este contexto de confrontación natural, hay dos puntos de coincidencia en geopolítica y ambiciones de poder que unen a los contendientes. Ambos rechazan la ofensiva global de China y ambos aspiran a un segundo mandato en la Casa Blanca.
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Las encuestas electorales indican que Trump tiene una ligera ventaja, aunque esta se sitúa dentro del margen de error estadístico. Ayer, el promedio de sondeos mostraba un 45.4% para Trump y un 44.6% para Biden, según la publicación sistemática que hace el sitio Realclear politics.
Es decir, a este ritmo, el futuro presidente de los Estados Unidos habrá vencido a su adversario electoral por un porcentaje mínimo de votantes.
Preparación de Biden
Biden tiene un método tradicional para preparar su debate ante Trump, que se llevará a cabo en los estudios de la CNN. La agenda presidencial comienza a ceder espacio a los planes electorales, y el actual presidente ya ha comenzado a leer los informes que le envía Ron Klain, su exjefe de gabinete de la Casa Blanca.
Klain sistematiza todos los asuntos que podrían surgir en el debate y luego, junto con su equipo, prepara las respuestas probables que envía al líder demócrata.
Biden planea dedicarse a leer los informes de Klain hasta mediados de esta semana. Después de eso, participará en sesiones de práctica con un sparring que simulará a Trump.
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En el comité de campaña demócrata, están seguros de que Trump lanzará ataques por debajo de cinturón. Por lo tanto, están preparando al presidente para que no se vea desconcertado ante un golpe que seguramente llegará.
«Joe Biden tiene que estar serio, entre más tonto se vea Donald Trump, más serio tiene que ser Biden porque tiene que convencer a un público», expresó Van Jones, analista político demócrata.
Biden y su equipo de campaña todavía no han determinado si usaran en el debate la condena contra Trump por haber falsificado sus registros para encubrir un escándalo sexual al comenzar su primera campaña presidencial en 2016.
Preparación de Trump
A diferencia de su rival demócrata, Trump no se adhiere a un guion sistemático de entrenamiento y ensayo. El candidato republicano actúa de manera natural en un set de televisión. Entretiene a la audiencia con sus palabras y tiene habilidades para captar los gestos que espera de la opinión pública.
Por lo tanto, Trump no desea un sparring como Biden. El exmandatario está observando las apariciones televisivas de su adversario. Y con base en esas imágenes planea construir un discurso de campaña para criticar todos los conceptos políticos del líder demócrata.
Ese discurso crítico se basará en el índice de inflación en Estados Unidos, la política migratoria de la Casa Blanca, la estrategia del Consejo de Seguridad para resolver los conflictos en Ucrania y Rusia, y el rechazo del derecho al aborto.
Asimismo, Trump está convencido acerca de la conveniencia de plantear en el debate que la edad de Biden es un obstáculo. Y que la sentencia contra Biden por adquirir un arma ilegalmente puso en jaque los valores éticos de su adversario electoral.
El debate durará noventa minutos, sin asesores cerca durante la confrontación pública y con dos cortes comerciales programados. Biden y Trump recibirán un cuaderno de notas, un celular y un bolígrafo, y su ubicación en los atriles se determinará lanzando una moneda al aire.