REDACCIÓN. El cheesecake es uno de los postres más exquisitos de la repostería. La combinación de queso con ingredientes como leche condensada o vainilla logran un resultado perfecto y muy nutritivo.
Al contrario de lo que mucha gente cree, no siempre se necesita el horno para hacer recetas caseras y aquí te enseñamos cómo hacer cheesecake sin horno, una tarta con la que te chuparás los dedos.
Ingredientes
- 250 g de galletas molidas
- 130 g de mantequilla sin sal
- 2 cucharadas de azúcar
- 2 envases de queso en crema a temperatura ambiente
- 1 taza y 1/4 de leche condensada
- 1/4 de taza de zumo de limón
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
Elaboración
Lo primero que tienes que hacer es triturar las galletas hasta convertirlas en polvo mientras derrites la mantequilla en una olla a fuego lento.
A continuación, añade a la mantequilla líquida las galletas trituradas y el azúcar. Remueve todo hasta conseguir una masa homogénea y extiéndela por el molde del pastel ejerciendo algo de fuerza para que la base quede sólida y compacta. Pon la base en el congelador 10 minutos y después déjalo en la nevera mientras preparas el relleno.
Ahora es el turno de batir el queso crema con una batidora hasta conseguir una textura suave y cremosa. Cuando esté listo, añade la leche condensada, el jugo de limón y el extracto de vainilla. Vuelve a batir hasta que todo esté bien mezclado.
Saca el molde de la refrigeradora y añade el relleno encima de la base. Con la ayuda de una espátula introduce la tarta en el congelador durante dos horas.
Para concluir tu tarta cheesecake sin horno, sácala del congelador y, si quieres, decórala con frutos rojos, chocolate o mermelada de arándanos. Vuelve a dejarla en la refrigeradora media hora para que se enfríe y puedas disfrutar del postre.
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