TEGUCIGALPA, HONDURAS. Luego de un análisis de cifras, el Centro de Derechos de la Mujer (CDM) argumentó que habrá un repunte de casos de violencia doméstica en Honduras a efecto del confinamiento por COVID-19, que obliga a las mujeres a soportar al agresor dentro de su vivienda.
La representante del Centro de Derechos de la Mujer, Regina Fonseca, lamentó que no hay duda que el confinamiento a propiciado el aumento de casos de violencia doméstica e intrafamiliar.
“Las denuncias han aumentado y lo reflejan los datos divulgados por el 911. El confinamiento vino a vulnerabilizar aún más a las mujeres hondureñas», expresó.
Tan solo iniciando el mes de mayo, en la primera semana, hubo cinco femicidios, lo que indica que las mujeres ya no pueden estar seguras ni siquiera dentro de su propio hogar.
“El hogar ya no es un sitio seguro para muchísimas mujeres en Honduras. La dificultad que veo en estos momentos es que llamar al 911 no es garantía para recibir ayuda”, señaló Fonseca.
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Las mujeres están indefensas en medio de pandemia
En este periodo de cuarentena las féminas están en total indefensión, debido a una sociedad machista y la falta de respuesta de las autoridades, la mayoría sufre de vulnerabilidad total.
Ante la preocupante situación, Regina Fonseca cuestionó: “Qué significa para las mujeres estar todo el día encerradas con el agresor porque la mayoría de los casos de violencia sexual se producen entre familiares y conocidos”.
Para aumentar la negativa, añadió que actualmente es difícil conocer información real de lo que están viviendo las mujeres dentro de sus casas porque están aisladas.
Por año, el 911 Honduras registra al menos 20 mil denuncias diarias a causa de violencia doméstica, recordó Fonseca.
Otra circunstancia aún peor, radica en que muchas mujeres logran llevar ante la justicia a sus agresores, sin embargo, terminan por perdonarlos y aceptar que vuelvan a sus casas, lo cual termina por reiniciar el ciclo de la violencia.
Asimismo, recriminó que las leyes de Honduras no abonan al castigo y detención de la violencia en contra de la mujer. “El nuevo Código Penal no ayuda en nada a detener este flagelo”, concluyó.