REDACCIÓN. La cirugía pulmonar toracoscópica (VATS, en inglés) es una operación mínima invasiva que es utilizada para tratar muchas afecciones pulmonares.
Por ejemplo: drenaje de una parte del pulmón por infección, lesión o cáncer, extracción de tejido fibroso en el pulmón, para prevenir derrame pleural, biopsia pulmonar o de los ganglios linfáticos.
Incluso, esta intervención puede emplearse para drenar completamente un pulmón (el derecho o el izquierdo); pero no hay que preocuparse ya que se puede vivir con un solo pulmón. Esta parte del tejido pulmonar seguirá haciendo su trabajo; enviar suficiente oxígeno al cuerpo y eliminar el dióxido de carbono.
La VATS también se utiliza para tratar enfermedades del corazón. Además de cirugías en el esófago, que pueden necesitar retirar todo el órgano.
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¿Cómo es el procedimiento quirúrgico?
El cirujano realiza pequeñas incisiones para introducir el toracoscopio (cámara de vídeo con luz) y otros instrumentos pequeños necesarios para la operación.
La operación puede tardar unas horas. El paciente estará anestesiado para evitar cualquier tipo de dolor durante la intervención quirúrgica.
Si el enfermo necesita extracción de pulmón, a causa de cáncer, puede que el doctor necesite extirpar algunos ganglios linfáticos. Estos sirven para comprobar lo avanzado del tumor.
Por otro lado, el proceso post-operatorio incluye quedarse unos días en el hospital, hacer terapias respiratorias para eliminar el líquido acumulado en los pulmones y usar medias especiales para evitar coágulos sanguíneos. Además, caminar varias veces al día, y no levantar cosas pesadas durante algunas semanas.
Solo se debe acudir a un buen cirujano que tenga experiencia en este tipo de operaciones, para así estar seguro en el momento de la intervención.