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viernes, noviembre 22, 2024

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El New York Time publicó el reportaje titulado: «Es como si siempre hubiera alguien que quisiera matarte» sobre los feminicidios en Honduras, y dentro del artículo especificó que el departamento de Cortés es el más peligroso, especialmente en  Choloma.

Dentro de su redacción, la periodista Sonia Nazario escribió que «casi una de cada tres mujeres asesinadas en Honduras en 2017 murió en Choloma», por lo que tal vez «sea el más letal».

Choloma es un municipio textilero compuesto por varias maquilas, por lo que a partir de la década de los ochenta las mujeres han llegado a buscar empleo, ante la precariedad de éste en el país. Es así como esta ciudad está integrada actualmente por 262.000 habitantes.

No obstante, la periodista se enteró por medio de su investigación lo que para los hondureños es una palpable realidad. Choloma «es un punto por donde pasan drogas desde Colombia en su camino a Estados Unidos. La mayoría de las colonias están controladas por pandillas u organizaciones criminales, como Barrio 18, MS-13 o La Rumba», que operan también en el sector López Arellano, sede de muchos crímenes.

«La Rumba ha pagado para que se lleven la basura, se pavimente la calle principal (en parte, para que las rutas de escape sean más rápidas) y ha sobornado a la Policía. También asesina mujeres. Una noche, una mujer en la extinta discoteca que llevaba el mismo nombre dijo que ese centro nocturno era bueno, pero que otro club estaba mejor. Fue encontrada sin vida la mañana siguiente: le dispararon en la boca», se lee en el reportaje.

Saña y horror

Además, especificó que el año pasado, 23 mujeres fueron asesinadas en Choloma; algunos dicen que la cifra real es un tercio más. Sin embargo, la crueldad cada vez mayor con que las mujeres son asesinadas aquí es lo que las tiene más asustadas.

En 2017, un 41 por ciento de las mujeres y niñas asesinadas en Honduras presentaron signos de mutilación, desfiguramiento y una crueldad que sobrepasaba lo necesario para quitarles la vida. Esto lo reveló el Observatorio de la Violencia de la Universidad Autónoma de Honduras.

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Melania Reyes, coordinadora de un grupo de ayuda para mujeres llamado Movimiento de Mujeres de la Colonia López Arellano y Aledaños (MOMUCLAA), ha pasado décadas luchando contra la violencia doméstica, pero se ha quedado atónita ante la nueva brutalidad. “Les cortan todo”, dijo. “Las dejan sin nada, como si fueran pollos”.

Por su parte, María Luisa Regalado (directora de la Colectiva de Mujeres Hondureñas (CODEMUH) dice que: “Lo que estamos viendo en Choloma no lo habíamos visto nunca antes”.

En la investigación también se enfatiza en que los hombres siguen constituyendo la inmensa mayoría de las víctimas de homicidio. Esto, porque es más probable que se involucren en conflictos de pandillas o que sean objeto de reclutamiento. No obstante, la tortura y la mutilación no son tan usuales en esos homicidios como en el caso de los asesinatos de mujeres.

Pandilleras ¿por qué?

Las mujeres y las niñas también están siendo reclutadas por las pandillas y las organizaciones criminales para vender drogas en Honduras. Se calcula que dos de cada diez pandilleros en el área de San Pedro Sula ahora son mujeres, algo que era inusitado no hace mucho. Las pandillas creen que es más posible que los hombres le compren drogas a una mujer que coquetea y que es menos probable que la policía sospeche de que sea traficante.

Algunas mujeres se unen a las pandillas de manera voluntaria; desde 2012 muchas de las fábricas de Choloma se han mudado a Nicaragua porque la mano de obra es más barata, y la gente busca empleo con desesperación. Hay tantos trabajadores desempleados disponibles que las fábricas advierten que no contratarán a nadie mayor de 35 años.

Otras mujeres son forzadas a unirse. Algunas niñas le dicen a Reyes que reciben una advertencia: “Si no le entras, te vamos a quebrar”.

De las 115 mujeres asesinadas en Choloma entre 2013 y octubre de 2018, la mitad tenía 20 años o menos, según estadísticas del Observatorio de la Violencia.

Si le interesa leer más de esta importante investigación, y conocer el caso de víctimas como Katherine Nicolle Bonilla Carranza, de solo 14 años. U otros de violencia doméstica como el de Heidy, a quien deplorablemente su esposo le cortó los pies: de click aquí

 

 

 

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