Tegucigalpa, Honduras. Este viernes, 3 de febrero, la Iglesia Católica en Honduras celebra y conmemora el 276 aniversario de hallazgo de la Virgen de Santa María de Suyapa, patrona del país.
Esta fiesta y solemnidad es catalogada como la más importante de Honduras en el ámbito religioso. Feligreses y creyentes de todo el país se desplazan, cada año, hasta la Basílica Menor en la aldea del mismo nombre, para rendir culto y agradecimiento a «la Morenita».
Tras dos años de restricciones como consecuencia de la pandemia del COVID-19, los peregrinos han regresado este 2023 a la casa de la madre de Dios. En la basílica se han realizado diversas actividades desde hace dos semanas.
La historia la Virgen de Suyapa como la intercesora para que Dios conceda milagros y lo confirman los creyentes. Año con año, las reacciones y testimonios son diferentes, y la fe inquebrantable.
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¿Quién la encontró?
Los hechos se remontan al año 1747, donde dos campesinos oriundos de la aldea de Suyapa encontraron la imagen de la virgen. Ellos eran Alejandro Colindres y el joven Lorenzo Martínez Calona.
Ambos regresaban de trabajar todo el día de su cosecha de maíz ubicada en el cerro el Piligüín, y cayó la noche y decidieron quedarse a dormir en el suelo, cerca de una quebrada.
En la oscuridad y frío de la noche, Alejandro Colindres sintió una molestia en su cabeza, pero no le tomó importancia y lo consideró como un estorbo, por lo que guardo aquella pieza en su alforja, una especie de maletita que usaban los labradores.
Y fue hasta el siguiente día, que se percató que era la imagen de La Inmaculada Concepción de María. Ambos campesinos regresaron con ella y la llevaron hasta su aldea.
Allí, Alejandro Colindres entregó la imagen a su madre la señora Ana Caraballo y a su hermana, Isabel Colindres.
El relato que hizo Alejandro Colindres sobre el hallazgo se consideró como una revelación milagrosa, parecida a la que se experimento en México, con Juan Diego y la Virgen de Guadalupe.
La imagen y sus milagros
La imagen de la Virgen de Suyapa mide 6 centímetros y medio de alto, esta tallada en madera de Cedro y cabía en la mano del pequeño Lorenzo. Su mirada es angelical, y refleja la nobleza de la raza indígena de Honduras.
Su tez es morena, de rostro ovalado, mejillas redondeadas y una lacia cabellera negra que cae hasta sus hombros. El color de su vestido es rosa pálido y a penas se deja ver por su manto con estrellas doradas.
La imagen de la virgen permaneció en un altar en la casa de la familia Colindres hasta el año 1768, año en que se le acreditó el primer milagro. Se trata de la curación de don José Zelaya Midence, quien tenía piedras en la vejiga y las expulso luego de recibir la virgen en su casa.
Luego de este primer milagro, la familia Colindres comenzó a recaudar fondos para poder construir su capilla y la que se completó en 177 y hoy se conoce como, la ermita de Suyapa.
La nombran patrona de Honduras y le dan su día festivo
En el año 1925, el Papa Pío XI la declaró como patrona de Honduras bajo el título de Nuestra Señora de Suyapa y estableció que su día festivo era el 3 de febrero.
En la década de 1950 se inició con la construcción de la que ahora se conoce como Basílica Menor Nuestra Señora de Suyapa, cercana a su primera capilla.
Para la actualidad la estatuilla de la Virgen permanece la mayor parte del tiempo en su ermita, pero se traslada año a año a la Basílica de Suyapa para su celebración que reúne a miles de hondureños y además a extranjeros.
De la misma manera, cada 2 de febrero se le homenajea con una alborada, donde artistas hondureños rinden tributo a la patrona de Honduras.