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HONDURAS. La música y el arte es una de las pasiones que comparten muchos hondureños y que a algunos los ha llevado a triunfar fuera de las fronteras del país, poniendo así en alto su nación y siendo un ejemplo de esfuerzo, superación y dedicación.

Un ejemplo de ello es el sampedrano Sergio Rodríguez, un talentoso músico, maestro y director de orquesta que se ha destacado impartiendo sus conocimientos en Estados Unidos.

Rodríguez reveló a Diario TIEMPO que fue formado en la escuela Victoriano López de la capital industrial, allí dio sus primeros pasos en la música y sería el inicio de un gran legado.

«Mis primeros pasos por la música fueron en la Escuela de Música Victoriano López; ahí entre las armonías de cuerdas, mi corazón se ensanchaba de felicidad. Practicábamos nuestro instrumento con religiosa devoción hasta a la hora del almuerzo continuábamos practicando», contó.

La pasión y la devoción que este hondureño sentía por la música lo llevaron hasta tierras lejanas a seguirse formando para poder enseñarle a nuevas generaciones.

«Decido emigrar para EE.UU. por mis anhelos de seguir continuando con mis estudios artísticos y luego regresar a la patria amada a seguir contribuyendo con el desarrollo musical de las nuevas generaciones», indicó.

Luego de un tiempo, Sergio regresó a Honduras y trabajó en muchas instituciones de música e incluso en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) impartiendo sus conocimientos a la juventud hondureña.

Este hondureño puso su empeño por ver sobresalir el arte en su país y fundó las primeras orquestas de cámara juveniles de  Honduras, no obstante, la falta de apoyo de parte del gobierno lo llevaron a tomar otro rumbo.

«Después de enfrentarme a una realidad de un ambiente estéril y la apatía de un Estado, decidí continuar mis estudios de post grado en Estados Unidos«, señaló.

Nuevas oportunidades

Estando de nuevo en el país norteamericano, este sampedrano ganó su primer puesto como director de la orquesta juvenil de Acadiana, en Lafayette, Louisiana. Él se convirtió en el primer director de orquesta de Honduras internacionalmente.

«Gané varios participaciones como invitado a festivales de dirección orquestales con los cuales ahonde en el arte de dirigir. Mi trayectoria como instrumentista en un sin número de orquestas profesionales me ayudaron a tener la experiencia musical de poder dirigir a mis colegas músicos en sinfónicas y orquestas de cámara. O sea que cuando dirijo es un trabajo mancomunado entre los artistas músicos y el director; juntos creamos una obra de arte en cada pieza a ejecutarse«, explicó.

Actualmente, Sergio está desarrollando el programa de orquestas en el Instituto de Secundaria Jackson en el centro de Atlanta. También toca el violín en diferentes proyectos, y sus composiciones en J. W. Pepper Publishing Company.

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No olvida sus raíces 

Pese a que hace años radica y triunfa en Estados Unidos, no olvida sus raíces y recuerda a Honduras, y específicamente a San Pedro Sula, con amor y felicidad.

«San Pedro Sula fue para mí como un paraíso. Habían muchos árboles y ríos, por las mañanas después de tomar café azucarado hasta los dientes, salía a la calle a calentarme del frío cuando el sol comenzaba a ponerse . El jugar con los amigos del barrio fue de mis más grandes felicidades», recordó.

Asimismo, destacó a Honduras como un bello país que, pese a las circunstancias, su calor humano sigue siendo de los mejores del mundo.

«Recuerdo a honduras como un bello país de innumerables recursos naturales y con un calor humano de los mejores del mundo. Me da tristeza de unos gobiernos que le han saqueado sus arcas del Estado en detrimento de la mayoría de sus ciudadanos», expresó.

El talentoso artista considera que hay mucho talento entre los hondureños, sin embargo, piensa que la única manera de tener oportunidades es buscándolas individualmente.

«En Honduras las oportunidades de abrirse campo es en forma individual ya que las instituciones gubernamentales son paupérrimas y apáticas al arte», sostuvo.

Además, Sergio aprovechó el espacio para enviar un mensaje a los hondureños y exhortarles a seguir estudiando y esforzándose en lo que les apasiona.