Desciende de una familia de músicos, su madre y su padre le heredaron los conocimientos musicales que lo llevaron a tocar junto a Marcos Witt, un reconocido musico cristiano. Además, su música, no solo ha sonado en Honduras, sino que ha llegado a sonar en la radio más escuchada a nivel mundial y se encuentra en el viejo continente
Se trata de Carlos Roberto Umaña San Martín, un capitalino que se destaca en la música Jazz. El compatriota, también ha sido conferencista en una universidad de Estados Unidos. Él se define como una persona amante de la música, proactiva, cumplidor de metas, alto sentido de trabajo en equipo, analista y proyecta sus objetivos mucho alcance en el menor tiempo posible, empeñado y positivo, entusiasta.
El connacional ha enfocado experiencia en la música en muchos países del mundo (16) de América, Europa y Asia y durante todo lapso de tiempo, ha participado con varios artistas internacionales. Su primer disco grabado ha sido llevado hasta El Vaticano.
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«Nací musico»
Umaña desde que nació ya era músico, su padre heredó los conocimientos de la música garífuna. Por parte de su madre, tiene tíos graduados del Conservatorio de Música de Guatemala.
«En mi casa siempre había buena música, crecí bajo una tutela y ambiente de buena música», confesó.
Pero, fue hasta los nueve años que Umaña decidió incursionar de lleno en la música. A esa edad, él ingresó al coro Hossana de la Iglesia Reformada. Fue allí, donde él comenzó sus pininos con la guitarra y el bajo eléctrico.
Pasaron los años y siguió desarrollándose en lo que le apasiona, la música. Recibió una beca para estudiar en el Centro de Capacitación y Dinámicas Musicales A.C. (CCDMAC), que actualmente se llama Instituto Canzión, que se ubica en Durango, México.
En ese centro fue donde él conoció a Marcos Witt, pues Witt era el dueño y fundador. Tras formarse en la música, Umaña regresó a Honduras en 1999 donde comenzaría su travesía profesional.
Sus inicios como profesional fue en grupos locales de jazz, durante ese tiempo conocería a grandes del jazz, como el maestro Camilo Corea y Julio Zelaya quienes estaban desarrollando el jazz.
Umaña formó parte de esos grupos como bajista. Pero, su paso no se quedaría allí, él también trabajó por más de 12 años con uno de los músicos más reconocidos de Honduras, sí, con Guillermo Anderson en sus giras.
Su paso por la música lo ha llevado a trabajar incluso con la también músico Karla Lara.
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Música para alejar a los menores de la violencia
Pero, Umaña también creó sus proyectos personales que lo han llevado a brindar conferencias en universidades de Estados Unidos; una de esas ha sido en la Universidad de Augsbur en Minnesota, donde hizo referencia al arte y la cultura como solución a la violencia que impera en América Latina.
También, ha dado conferencias sobre la música de Honduras. Sumado a ello, él ha grabado en diferentes proyectos discográficos de la música en Honduras desde la música de corte Religioso, World Music, Fusión, Afrolatino, Música Latinoamericana, orquesta y Jazz.
El musico hondureño junto a su grupo Jazz Trio Hn y la Banda Cien Años, fueron parte del Foro Mundial Premio Nobel de la Paz en 2017. Esa era la primera vez que había un representante de Honduras y Centroamérica con música original hondureña.
Su trayectoria musical también ha servido para llevar música a niños y niñas de zonal rurales para alejarlos de la violencia a través del programa de Visión Mundial, Vision Art en 2018.
Asimismo es creador del programa Centro de Estudios Artísticos y Musicales del Instituto Nacional Penitenciario (INP). Umaña dijo a TIEMPO Digital que este programa pretende desarrollar orquestas profesionales con personas que están privadas de libertad.
«Con la presentación en Vaticano News, y la celebración del bicentenario de la cancillería de la República de Honduras, ya perdí la cuenta de en cuántos países ya suena mi música. Solo sé que es en muchos y me siento bendecido de que mis notas lleguen a los confines de la tierra para traer luz y esperanza en estos tiempos difíciles de pandemia”, afirma el músico hondureño.
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Dream Garden
Su primer disco, Dream Garden, ha sido llevado hasta el viejo continente, precisamente a El Vaticano, tras sonar en la radio de ese país, sonó en más de 120 países.
Ese disco que lo llevó a ser escuchado en cientos de países, representa todo lo que ha vivido y las experiencias que ha tenido en los últimos años, con músicos de Honduras y de todo el mundo.
«Me obligué a crecer en medio de la adversidad para encontrar mis sueños, el lugar perfecto (la música) para mantenerme optimista y entusiasta. Aunque mi pasión es la música, el arte que expreso y comunico».
El disco del hondureño utiliza propiedades terapéuticas, elementos simbólicos y físicos que, a través de la música, alivian la ansiedad, el estrés, la depresión y otras patologías psicológicas derivadas causadas por la pandemia o el entorno del país que «nos afectan».
Son varios músicos los que participaron en el disco del compatriota, todos de Latinoamérica, entre ellos: Maryan Cuevas (Nicaragua); Lalo Rojas, Cobito Hernández y Carlomagno Araya de (Costa Rica), Brian y Kevin Pagoaga, Héctor Soto, Carlitos Vargas, Guayo Cedeño, Héctor David, Aguilar y Corine (Coco) Pacheco de Honduras, Luis Aquino (Puerto Rico).
Cantantes de América Latina
Muchos de los músicos que participaron en el álbum Dream Garden han tocado para grandes cantantes de la América Latina. El disco del compatriota, también será llevado a las cárceles de Honduras y así podrá traer algo de paz a quienes se encuentran privados de libertad.
El álbum del hondureño tiene un único objetivo, y es que las personas al escuchar su música tengan un alivio del estrés, depresión, enojo, impotencia y otros problemas generadas por el encierro causado por la pandemia del Covid-19.
El hondureño, con su paso en la música Jazz y su nuevo álbum que ya suena en 120 países ha puesto el nombre de Honduras en lo alto.
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