TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Un día comenzó a maquillar a sus amigas sin saber que unos años después sería la propietaria del único estudio de maquillaje de su ciudad. Génesis Bonilla Segura es una joven que desde su infancia se interesó por el maquillaje, la belleza y por el aprendizaje constante.
Con apenas 24 años, esta joven originaria de El Paraíso pasó de ser reina de belleza a ser una profesional que ofrece empleos dentro de su mismo pueblo. Además, es Licenciada en Mercadotecnia y emplea sus conocimientos en su propio negocio.
Según contó en una entrevista para Diario Tiempo, su vida profesional se formó por etapas, primero comenzó concursando en reinados de belleza en su localidad. Continuó su secuencia de vida, representando a Honduras en concursos nacionales e internacionales. Además, incursionaba en el mundo del maquillaje, viéndose obligada a tener que hacerlo ella misma.
Y mientras hacía todo eso, la paraiseña mantenía sus estudios para convertirse en una mercadóloga profesional.
“Lo del maquillaje la verdad es que me ha gustado desde chiquita, creo que desde los 12 me empezaba a gustar, no me dejaban maquillarme pero a mí me gustaba. Ya después como a los quince años es que yo practicaba en compañeritas amigas y así. Así me fui practicando”, explicó.
De reina de belleza a maquilladora
Desde bien pequeña incursionó en el mundo de los reinados, el primer concurso en el que participó fue la Reina Juniana en El Paraíso, evento que se hace en el mes de junio para conmemorar la víspera del día de San Juan Bautista, único de los santos a quien se le celebra su nacimiento.
Fascinada por los concursos de belleza, Génesis comenzó a dedicarse de lleno a ellos. Primero representando al departamento cafetalero a nivel nacional en eventos como Miss Honduras Identidad, Miss Honduras Mundo y al Festival del Maíz (FESTIMA).
Posteriormente, su carrera creció y decidió representar no solo a su municipio, sino que también al país. Asistiendo a eventos como Miss Mesoamérica Internacional y Reina de las Américas en Colombia, en donde, por supuesto, se llevó varios premios.
Sin embargo, los concursos comenzaron a demandarle mucho tiempo, lo que provocó que descuidara un poco sus estudios. Por lo que a eso de los 21 años, Génesis tuvo que dejar a un lado el mundo de los certámenes de belleza.
“Necesitaba darme un brake, los concursos de belleza se necesita bastante tiempo para estar enfocado. No es como participar de la noche a la mañana. Se necesita bastante enfoque para la comida, el gimnasio y las prácticas”, dijo.
A pesar de eso, no deja de recordar esa etapa de su vida como un aprendizaje, como una herramienta que la ayudó a crecer profesionalmente.
“Ir a un concurso de belleza a uno le ayuda como crecimiento personal. A uno le ayuda a desenvolverse como persona, a aprender a desenvolverse en el escenario y con las demás personas. A quienes les gusta que lo vean de esa manera, como parte del aprendizaje de la vida y crecimiento personal”, manifestó.
Una vez fuera de los concursos y dedicada a su carrera universitaria, Génesis maquillaba a personas que se lo pedían. Seguidamente, esas personas la recomendaron y comenzaron a llegarle más clientas, por lo que se vio obligada a buscar formación profesional.
En 2017 se certificó como maquillista profesional y eso le dio un impulso para emprender en el mundo del maquillaje. Además, por ser un ambiente en constante cambio, se ha ido formando en las nuevas técnicas y tendencias del maquillaje a través de masterclass y cursos de actualización.
“Todo un cambio porque con los eventos de belleza era como que un mundo bien lindo lleno de fantasía. Ya después la universidad llena de responsabilidades y bueno, estaba en la universidad y también estaba sacando el diplomado”, explicó.
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Convirtió un hobbie en su trabajo
Según comentó Génesis, al ver que su clientela aumentó se enfocó en el maquillaje y decidió convertir lo que un día fue su hobbie en un trabajo.
“Cuando yo miré que tenía clientas y que las personas me buscaban me enfoqué más en esa parte de mi vida de que si yo puedo trabajar en lo que a mí me gusta y generar empleo. Es un trabajo en el que yo me siento bien porque, aunque hay días bajo presión, es algo bonito porque al final del día estoy trabajando en lo que quiero”, dijo.
Motivada por la aceptación y apoyo que tuvo cuando comenzó a maquillar a otras personas esta joven decidió comenzar a transmitir sus conocimientos. Con clases de automaquillaje, Génesis innovó en su ciudad y esto significó un impulso en carrera profesional.
“Viene gente de Danlí, gente de Jacaleapa, de Alauca, de todos los alrededores a recibir clases de automaquillaje. Las clases son lo que me da un plus a mí”, aseveró.
Sumado al apoyo de las chicas de El Paraíso, Génesis contó con el apoyo de su familia, quienes no dudaron en respaldar su decisión de dedicarse al maquillaje. Otro de sus logros es que es una de las impulsoras del maquillaje como parte de la rutina diaria de las mujeres. Pues anteriormente en El Paraíso las mujeres eran muy conservadoras y no se atrevían a utilizar productos y accesorios como las pestañas.
“Ahora la gente lo toma más en cuenta, ahora cumplen años y se arreglan el pelo y se maquillan. Antes no había una persona que maquillara y se dedicara solamente a eso. De hecho así de maquillaje es el primer estudio que hay acá”, dijo.
Un proyecto que nunca imaginó
Hoy en día Génesis cuenta con un estudio de maquillaje en el que ofrece servicios de maquillaje, peinado y próximamente incluirá la aplicación de uñas acrílicas. También se dedica a vender su maquillaje en la tienda y por supuesto en las redes sociales en donde aplica sus conocimientos de marketing.
“Si a una persona le gusta el maquillaje, si le apasiona y no tiene la capacidad económica para sacar un curso, pueden empezar maquillando a sus amigas, viendo videos en YouTube. No es necesario tener un montón de maquillaje para empezar, quien tiene el talento lo tiene. Nadie crece de la noche a la mañana”, expresó.
Otro consejo que brindó para las personas que al igual que ella desean emprender es tener paciencia y disfrutar de cada paso hacia arriba. Además, recordó que cuando se tiene un negocio, hay altas y bajas.
“Para empezar a emprender es un paso a paso. No es que hoy abrí mi negocio y voy a tener cien personas que me lleguen a comprar, no, es poco a poco. No se desespere que los clientes van llegando poco a poco. Al principio es difícil”, dijo.
De acuerdo con lo que dijo, nunca imaginó llegar a tener un estudio de maquillaje, el primero de su región; sin embargo, está muy agradecida y ahora tiene sueños y metas por cumplir.
“No me imaginé nunca graduarme y tener un estudio. No lo vi así pero gracias a Dios se me dio la oportunidad y todo lo pongo en mano de Dios y que sea lo que él quiera”, comentó.
Asimismo, dijo que una de sus grandes metas es tener su propia marca de maquillaje y poderla distribuirla en el país. Asimismo, desearía ampliar su cobertura y abrir nuevos estudios en otros lugares como Danlí y Tegucigalpa.
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