TEGUCIGALPA, HONDURAS.- Desde que era un niño su vida no fue fácil, le tocó luchar desde que tenía siete años pues era de escasos recursos, a pesar de muchas circunstancias siempre se las ingenió para salir adelante.
Para Francisco Lemus, la lucha seguiría. Él nació en 1992 para salir adelante comenzó a trabajar desde los siete años en el río Choluteca. En las sucias aguas se adentraba para poder sacar arena, obtener unos centavos y ayudar a su familia.
Pero ese no sería el único trabajo que desempeñaría de pequeño, su «infancia continuó siendo dura».
«Mi infancia fue muy dura ya que a la edad de 7 años empecé a trabajar sacando arena en el río Choluteca, luego vendimos de todo un poco en el mercado de Comayagüela de ambulante», contó Lemus a Diario Tiempo.
Él siguió adelante, ayudando a su familia, sin embargo, desde los 15 años comenzó a padecer de osteosarcoma que es un tipo de cáncer. El padecimiento se manifiesta en los huesos largos, como piernas y brazos.
A causa de ese cáncer, él perdió su pierna. Pero en su camino, encontró una fundación que siempre le brindó su apoyo y que fue como un ángel para Lemus. La Fundación Hondureña Para el Niño con Cáncer fue la encargada de apoyar a Francisco.
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Sueños
Para un joven y para cualquier persona perder una de sus piernas es algo duro, sobre todo para quienes tienen sueños. Francisco tenía el sueño de ser mecánico de motos contó a este medio de comunicación.
Antes de apuntarle la pierna, a él le dijeron que si no se la amputaban solo tenía tres meses de vida. «Fue algo triste en mi vida más que mi familia se oponía a la amputación decían que Dios me mandó entero y que me llevaría entero no en pedazos», relató.
A pesar de que su familia se oponía, Lemus aun siendo un joven que no llegaba ni a los 18 años, se puso firme y aceptó que le amputaran su pierna. Él dijo que quería luchar por su vida.
«Fue decisión mía. Le dije a mi mamá: ‘Yo quiero luchar por mi vida’, y pues gracias a Dios fue la mejor decisión que pude tomar en mi vida», dijo.
Tras su decisión, su familia lo decidió apoyar en todo momento, durante todo el proceso quienes estuvieron más acompañándolo fueron su madre y su abuela. «Mi mamá me cuidaba en el hospital y mi abuela en la casa«, contó.
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Trabajo en la fundación
Francisco logró vencer el cáncer, pero si su vida había sido dura cuando era un niño y tenía sus dos piernas, ahora, cualquiera pensaría que lo sería más, y sí, para él no fue nada fácil, sin embargo, su tenacidad y resiliencia le ha ayudado a no darse por vencido.
A los 18 años comenzó a trabajar en la misma fundación que le ayudó a vencer el cáncer. Él en la fundación, no solo trabaja, sino que también da testimonio a los pacientes que actualmente luchan contra el cáncer. Contó que él ha servido de ejemplo a esas personas.
Francisco ya lleva 10 años trabajando en la Fundación para el Niño con Cáncer.
«Tengo casi 10 años laborar para la misma fundación que me brindó todo su apoyo incondicional en aquel entonces, pues ahora me ha tocado servir de testimonio para nuevos pacientes que son diagnosticados con lo mismo pues. Se siente mucha satisfacción al ver a estos pacientes curarse después de tomar la misma decisión que yo».
Delivery
Lemus es un «CATRACHO EJEMPLAR», no solo por su resiliencia, también por su ayuda a los pacientes que son diagnósticos con cáncer a luchar por su vida y seguir su ejemplo.
Además, a pesar de no contar con una de sus piernas, él se ha convertido en delivery. No contar con una de sus extremidades inferiores no ha sido una limitante para el hondureño.
Contó a Diario Tiempo que ante los altos costos de la vida es que decidió convertirse en delivery.
«Decidí convertirme en delivery por los altos costos de la vida. En la actualidad, cuando uno alquila, tiene hijos, difícilmente lleva el pan a su casa día a día», nos contó.
Su aventura comenzó cuando en redes sociales ocupaban delivery. Él decidió probar suerte a pesar de no contar con una de sus piernas, pero eso no fue limitante y «nunca lo ha sido».
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«Miré en las redes sociales que ocupaban delivery pues decidí ir a probar suerte sabía que no sería fácil pero tampoco imposible y pues gracias a Dios ya tengo más de año y medio de trabajar en esa área», relató.
Aún la vida es dura para Lemus pues se levanta desde las 6 de la mañana y logra llegar a su casa a las 9 o 10 de la noche. Pero, él lo hace por el bienestar de su familia.
«Mi día a día es bastante cansado. La verdad no es fácil levantarse a las 6 am y llegar 9 o 10 de la noche todos los días, pero todo sacrificio sea por el bienestar de mi familia», comentó.
Como delivery él ha tenido una gran aceptación. Además, cuando los ciudadanos lo ven con su uniforme, lo ven con asombro y no dudan en mostrar su admiración hacia él pues es un joven que, a pesar de no contar con una de sus piernas, lucha por su familia y busca el pan de cada día.
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Propia casa
Francisco tiene muchos sueños, contó que uno de esos es tener su propia casa, pues desde niño junto a su mamá le ha tocado alquilar. Dijo que en muchas ocasiones se terminaba complicando todo debido a que nos «terminaban corriendo y la verdad es algo que no deseo para mis hijos. Me gustaría darles un techo digno propio, aunque fuese de madera pero que nadie nos vaya a correr el día de mañana por no pagar un mes».
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