CATRACHA EJEMPLAR. En Honduras, a pesar de tantos problemas, todavía existen jóvenes que apuestan por un cambio a través actividades filantrópicas, para ayudar a personas que han tenido pocas oportunidades, pues cuando se tiene poco o nada, el apoyo de alguien generoso vale oro.
Esta semana, Diario Tiempo le comparte la historia de Yesenia Salazar Toro, una hondureña de El Progreso, quien por años se ha dedicado a dar ayuda a los niños.
¿Quién es Yesenia Salazar?
Esta catracha ejemplar tiene 28 años, estudia Letras y Lenguas en la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) y Periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH). A Diario Tiempo le reveló que la comunicación ha sido uno de los escapes a su personalidad introvertida.
Saudy Ramos, quien conoce a esta joven, aseguró que Yesenia es una persona con un enorme corazón, que siempre vela por el bien de los demás antes que por el de ella. Es “una mujer luchadora que ha sabido perseverar hasta el último minuto por sacarle una sonrisa a quien más lo necesita».
«Ahora en la actualidad los jóvenes tratamos de conseguir cosas a beneficio de uno mismo, y Yesenia es al contrario, a ella no le importa mojarse, madrugar, pedir para otros. Siempre está al pie de la bandera para aportar su granito de arena, muy servicial, amigable, humana. Me quedo corta de palabras al querer decir tanto de ella. Pero sí es una persona con un corazón inmenso que lo da todo por el bienestar y felicidad de quienes más lo necesitan”, añadió.
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Yesenia no profundizó en adjetivos y solo respondió que se considera una persona responsable y honesta. Se le preguntó qué siente al ser considerada catracha ejemplar y manifestó que «la gloria sea para Dios».
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Su padre murió cuando tenía 3 años. Yesenia dijo que tuvo una infancia muy bonita pero a la vez difícil. Su madre quedó viuda con 3 hijos y manifestó que eso influyó mucho para hoy ayudar a muchos niños.
Entre los pasatiempos de esta hondureña están leer y tomar café, incluso en redes sociales comparte fotografías. Una frase que ella recuerda con claridad de los niños es «Que Dios me la bendiga».
Fundación Generando Sonrisas
Uno de los grandes amores de Yesenia es la Fundación Generando Sonrisas, que se puede definir como una organización que se encarga de ayudar a niños necesitados con útiles, alimentos, ropa, juguetes, entre otros objetos que sirvan para protegerlos y darles felicidad.
Desde hace 7 años creó una fundación donde lo principal son los niños. A pesar de que la filantropía no es nada fácil, ella sigue llevando sonrisas a pequeños del país. La organización nació el 17 de octubre del 2015. A través de este proyecto ha podido ayudar aproximadamente a quinientos menores.
Al ser consultada sobre cómo obtiene fondos para realizar las actividades donde brinda las ayudas, explicó que se logran por donaciones de voluntarios, nada de política, aclaró. A Diario Tiempo, la progreseña le manifestó que su sueño es que, con la fundación desea crear una oficina, que a la vez sea un comedor para ayudar a los demás.
No luchar por los niños, se paga caro
Según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), los niños tienen el mismo estatus que todos los demás miembros de la familia humana.
Fallar a los niños tiene un costo inmenso para la sociedad. Las investigaciones sociales indican que las experiencias tempranas de los niños influyen considerablemente en su futuro desarrollo. El curso de su desarrollo determina su contribución –o el costo– a la sociedad a lo largo de sus vidas, asegura el ente internacional.
Debido a que están en proceso de desarrollo, los niños son particularmente vulnerables –más que los adultos– a las malas condiciones de vida, como la pobreza, la deficiente atención de la salud, la mala nutrición, la falta de agua potable, la vivienda de baja calidad y la contaminación ambiental. Las enfermedades, la desnutrición y la pobreza amenazan el futuro de los niños y, por lo tanto, el futuro de las sociedades en las que viven.
Su motivación radica en sus padres, a quienes definió como «las personas más generosas del mundo».
Honduras
Para nadie es ajeno, la difícil situación que viven algunas personas en el país, por eso ella sostuvo que cambiar a Honduras es difícil, pero sí se puede colaborar para educar a las futuras generaciones y desde esa plataforma, impulsar cambios.
La joven hondureña expresó que «no hay cosa más satisfactoria y bonita que poder ayudar y amar al prójimo».
Yesenia también se dedica a conocer historias de personas que resaltan lo bueno de este país. Además, a través del periodismo da a conocer la historia de emprendedores, para que puedan ofrecer sus productos y servicios a los demás.
¿Un mensaje para las personas que ya no creen en este país?
Yesenia expresó que, incluso con lo difícil que es vivir en Honduras, hay que seguir creyendo en el país. A pesar de que sus hermanos se separaron de ella hace diez años, al irse a Estados Unidos por falta de empleo, esta joven con sus acciones demuestra que ama a esta tierra y su gente, pues apoya con lo poco o mucho que tenga, una cualidad que puede ser imitada por otras personas.
Se debe tener presente que, «nos ganamos la vida con lo que recibimos, pero hacemos una vida con lo que damos«, como dijo John Maxwell.
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