SAN PEDRO SULA, HONDURAS. Marta Guzmán es una mujer luchadora que rodeada de esperanza ha optado por darle amor y abrigo a decenas de animales, que han sido llevados al albergue que dirige en la capital industrial del país. Ella es como una luz para muchos caninos y felinos que deambulaban sin rumbo y protección.
En sus manos muchos animales han sanado y se han llenado de energías, para esperar por un compañero que decida adoptarlos.
Antes de seguir profundizando en su historia, es idóneo conocer una frase del cantautor Paul McCartney: «Se puede juzgar el verdadero carácter de un humano por la forma en la que trata a sus compañeros animales». Su contenido para muchas personas está lleno de veracidad, y basándose en ello, se puede externar que esta hondureña es un ejemplo de «un corazón grande», lleno de desinterés y entrega.
En una entrevista concedida para Diario TIEMPO, ella dijo que se define «como una persona luchadora», que siempre ha tratado de velar por el bienestar de los demás, compasiva, con mucho amor para dar. «Los animales son mi vida», resaltó.
La dirigente del Refugio Amor y Abrigo, contó que se dedicó a rescatar animales «porque ellos no tienen voz, no pueden pedir alimento, no pueden hablar cuando sienten dolor o reciben maltrato». Existe mucha injusticia en nuestro país hacia los animales, agregó Guzmán.
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«En nuestra familia tenemos animales desde niña (mi papá los rescataba en la montaña, luego de recuperarlos ellos eran felices en la finca), le hablo de 1960″, rememoró.
Al pedirle que compartiera cualidades acerca de su persona, ella enlistó las siguientes:
- Empatía
- Sinceridad
- Paciencia
- Bondad
- Generosidad
- Esperanza
Para conocer más de su vida, Diario TIEMPO contactó a la joven Marisol Soto, quien colaboró con su refugio. «Es una verdadera heroína, yo la admiro y respeto muchísimo, porque ella invierte de su tiempo y su dinero, sin esperar nada a cambio, es feliz cada vez que un animalito callejero se recupera y, más aún, cuando es adoptado por una buena familia», explicó.
Respecto a su labor comentó que Marta «toca a los animalitos sin importar cómo estén, ella los baña, los apapacha, los alimenta y hasta sabe cómo controlarlos cuando se descontrolan. Ella tiene una conexión increíble con cada animal y estoy segura que ellos la adoran».
Sus hijas han heredado esas cualidades. Todas pasan muy pendientes del refugio y atienden a cada uno según su necesidad. Han recuperado animales que estaban a punto de morir, agregó.
Hay que tener mucha paciencia y valentía para soportar los diferentes estados que los animales presentan, es una gran responsabilidad, pero sin duda, es una linda labor que será muy bendecida, finalizó diciendo la joven que colaboró a través de Pumas Verdes con su refugio.
Amor y Abrigo
Uno de los lugares que más ama esta hondureña es Amor y Abrigo. Esta organización se define como «una familia voluntaria sin fines de lucro, teniendo como único fin y objetivo velar por los que no tienen voz y nos sustentamos de donaciones de personas que creen en nuestra labor». Agregan en su perfil de Facebook que a esas personas los llaman «ángeles».
«Para mí es un sueño hecho realidad, es por lo cual lucho cada día y pido a Dios siempre me dé fuerzas para poder sacar adelante siempre a mis rescatados», expresó Marta a Diario TIEMPO.
Ella explicó que son 6 personas las que trabajan en Amor y Abrigo, «mis 2 hijas y 3 voluntarias más (y ella)», detalló.
Un día normal en su vida inicia a las 5 de la mañana. La hondureña comienza atendiendo a sus nietos, luego le da desayuno a sus «peludos» en su casa y a las 8 de la mañana «ya estoy en el refugio hasta las 6 de la tarde».
«Me encanta ver sus cambios, cómo se recuperan y ver en su rostro la felicidad», anexó Marta en la entrevista.
La hondureña dijo que «sus sueños son poder ayudar a más animales y tener un espacio más grande donde ellos puedan ser felices corriendo».
En el siguiente video puede observar a la hondureña con los animales de la fundación.
Amor y Abrigo tiene actualmente 193 perros y 109 gatos. No obstante, su futuro fue incierto recientemente, porque anunciaron en sus redes sociales que debían cerrar por la falta de recursos, ante esa publicación, varios mostraron su apoyo y donaron. Para no llegar al extremo de cerrar, «necesitamos el apoyo de las personas para sus gastos de alimentación y veterinaria«, añadió.
A las personas que abandonan a sus animales, ella recomendó ser «un dueño responsable, si usted no puede cuidar o darle lo que necesita a una mascota, NO TENGA (ES MUY FÁCIL, NADIE LO OBLIGA)». Asimismo, pidió esterilizar a los «peludos».
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A pesar de todo el amor que recibe de los animales que cuida, también dijo que lo más difícil fue empezar desde cero. Cuando Eta e Iota entraron a Honduras, estaban ubicados en La Lima. «Perdimos totalmente todo, gracias a Dios pudimos sacar a todos nuestros rescatados y empezamos de nuevo», aseveró.
En las siguientes fotos, usted puede ver cómo quedó este refugio.
¿Cómo apoyar?
Las personas interesadas en ayudar pueden colaborar con:
- Gastos médicos
- Alimentación
- Material de limpieza
- Medicamentos.
En su página de Facebook divulgaron los siguientes requisitos si una persona se encuentra interesada en adoptar:
- Llenar compromiso de adopción
- Foto de la identidad
- Foto de recibo público
- Esterilización a los 6 meses de edad
- Seguimiento de vacunas
- Permitirnos estar pendientes.
También se encargan de dar a conocer algunas actividades que hacen los animales. Un ejemplo de ello es el siguiente video que compartieron. Sus seguidores usualmente reaccionan encantados con las publicaciones de los caninos y felinos.
Una labor admirable
Hay personas que nacieron para marcar y cambiar vidas, y en ese proceso, dejan un legado de amor que es admirado por muchos, y con esas palabras puede explicarse un poco la vida de esta hondureña, quien es definida como una CATRACHA EJEMPLAR, por su noble y esmerada labor.
Cuando se dude de que existen hondureños que enaltecen esta patria, seguramente solo basta ver a nuestro alrededor para encontrar historias como la de Marta Guzmán, que merecen ser divulgadas, para inspirar a otros a forjar cambios.
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