REDACCIÓN.- «En el camino siempre habrá dificultades, soy consciente de eso, pero rendirse nunca debe ser una opción», piensa Jem Rosa Dugall, una orgullosa hondureña que ha destacado por ser la primera catracha en recibir el titulo de Ingeniería Naval.
Pese a ser una carrera que prácticamente está llena de hombres, ser mujer no le impidió a Jem conseguir su meta más grande. Alcanzó uno de los sueños que nació en su niñez, cuando subía a los barcos con su padre y se aventuraba en grandes historias.
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Jem Dugall, es una madre, esposa, hermana e hija, pero también es una profesional de la ingeniería y apasionada por el arte. Es una mujer a la que le encanta luchar por sus sueños y asumir nuevos retos constantemente.
Igualmente, siempre está a la expectativa de aprender y descubrir cada cosa que se le cruce por delante, pues según lo señala: «no puede estar quieta». Para conocer un poco más de su increíble historia, Diario TIEMPO se contactó con ella.
En primera instancia, comenzó contando que es originaria de la isla de Guanaja. Ahí, es donde vivió toda su infancia, junto a sus padres y su hermana. Relató que la decisión de tomar la carrera de ingeniería lo considera algo netamente de Dios.
Un pasión que prosperó viendo a su padre
«Mi papá es capitán de barco y desde que tengo memoria, cuando mi papi entraba al puerto me llevaba casi todos los días con él al barco en el que trabajaba. Yo amaba ir con él, descubrir cada rincón de ese lugar era una aventura para mi», expresó.
Así fue como inició su fascinación por los buques. Sin embargo, manifestó que desde el primer momento estuvo segura que no quería embarcarse, pues cuando su padre lo hacía ella lo extrañaba mucho.
«Así que cuando llegué a la secundaria, junto con mis padres comenzamos a buscar alternativas y fue así como la Ingeniería Naval llegó a mí, ¡la carrera perfecta!», detalló.
Encontrar la carrera de sus sueños se presentó como una enorme oportunidad para Jem, pues con eso, podía tener todo lo que anhelaba: mar, barcos, reparaciones y sobre todo no tener que irse lejos de su casa por tantos meses.
Inicio de carrera, intercambio y su título
En septiembre del año 2012 viajó con su papá a la Ciudad de Panamá, específicamente a la Universidad Marítima Internacional, para realizar un examen de admisión. Para enero del 2013 finalmente arrancó su tan añorada carrera. En el 2016 se fue a un intercambio a The Massachusetts Maritime Academy en Estados Unidos.
Luego en el 2017 culminó con todas sus materias y para el año 2018 ya estaba graduándose y obteniendo su titulo de Ingeniería Naval.
«Como bien sabemos el ámbito marítimo está comenzando a abrir cada vez más sus puertas al género femenino. Para mí es un honor formar parte de este nuevo cambio e impacto que generamos las mujeres. Se confirma una vez más que somos fuertes, habilidosas, inteligentes y capaces para llevar a cabo tareas y responsabilidades que en su momento no se nos confiaban», determinó.
Sus desafíos más fuertes
Asimismo, la hondureña mencionó que a lo largo de los años no tuvo que pasar por «obstáculos», pues ella los considera «desafíos». Uno de los primeros fue convertirse en madre a los 18 años de edad.
«No es fácil llevar una vida de mamá y estudiante al mismo tiempo, pero gracias a Dios tuve padres que siempre me han dado todo el apoyo del mundo», contó.
De igual manera, indicó que otro de los desafíos que tuvo que enfrentar fue perder a su madre en el año 2016 a causa de un paro cardíaco.
«Es lo único que me hizo cuestionar por días si yo era capaz de seguir. Pero bueno, me armé de valor. Recordé la promesa que le hice a mi mamá de graduarme. Me lo grabé en la mente y en el corazón hasta que le cumplí», precisó.
Una mujer llena de oportunidades
Sumado a ello, reveló que uno de sus más grandes logros fue ser elegida en el año 2018 como pasante de Ingeniería Naval por Korean Register, la cual es una de las 12 sociedades clasificadoras a nivel mundial del IACS.
«Viví en Corea del Sur en Busan y es una experiencia que jamás olvidaré. También fui parte de la primera clase para miembros de The Society For Protective Coatings (SSPC) en Honduras en el 2019. Ese mismo año viajé a Panamá nuevamente para certificarme en Diseño Asistido por Computador: Max Surf», añadió.
Pero no solo eso, Jem ha tenido la oportunidad de trabajar en diques secos, así como llevar proyectos con clientes de embarcaciones nacionales e internacionales en los cuales ha sido la ingeniera a cargo de proyectos. «La verdad es que Dios me ha bendecido con cada oportunidad», externó.
En la actualidad, se dedica a trabajos independientes sobre ensayos no destructivos, la elaboración de sus certificados y asesoramiento de nuevos diques secos emergentes.
Un nuevo reto en su vida
Este último año lo ha aprovechado para estar un poco más en su casa y compartir con su familia, pero sin dejar a un lado la carrera. De igual forma, tiene en cuenta retomar a tiempo completo sus labores, muy pronto.
Además la catracha se ha fijado un nuevo reto y es formar parte del equipo de grandes astilleros. «Me emociona poder llegar a trabajar y vivir la experiencia de la construcción desde cero de un buque», agregó. También, señaló que está abierta a las demás oportunidades se presenten.
La originaria de la isla de Guanaja recordó que despertó el 2 de octubre a eso de las 7:30 de la mañana y tenía llamadas de su familia en la zona insular. «Yo estoy en Argentina, hay una diferencia de horarios, así que al ver que desde las 3:00 de la mañana me estaban llamando, me asusté mucho», afirmó.
Cuando logró comunicarse con sus parientes, le manifestaron que la vivienda de su abuela ya había sido consumida por las llamas. Por otro lado, su casa la estaban evacuando, porque tenían ya muy cerca el fuego.
Un sabor amargo
«Por obra de Dios el incendio paró frente a la casa de unos vecinos y no llegó hasta la mía. Pero cuando todo terminó sinceramente no sentí alivio alguno», arguyó.
Precisó que aunque su familia se encontraba bien y pese a que su abuela había perdido todo, la realidad era difícil. «Cientos de personas quedaron sin nada, niños, adultos mayores, que no tenían la menor idea de que iban a comer o dónde iban a dormir esa noche», profundizó.
Jem Rosa Dugall mencionó que el sabor amargo del incendio en Guanaja aún no lo ha perdido, pues piensa constantemente en su gente.
«En Guanaja somos como una gran familia. El dolor de uno es el dolor de todos. Así que aprovecho para exhortar a la personas a continuar participando de las donaciones. A compartir las noticias y correr la voz sobre lo sucedido en Guanaja. Todo ayuda», refirió.
Para finalizar, la hondureña envió un mensaje a las personas para que busquen y alcancen sus sueños sin importar las circunstancias que se presenten en el camino:
«Quiero decirles que sueñen en grande y que nunca piensen que es imposible lograr las metas que se establecen. En el camino siempre habrá dificultades, soy consciente de eso, pero rendirse nunca debe ser una opción. Si en algún momento puedo ayudar en cuanto a información sobre el trayecto hacia tomar esta carrera o cualquier otra de la que yo conozca con mucho gusto lo haré. No está de más decir que estoy a la espera de próximos colegas en Honduras con los cuales pueda compartir las hermosas experiencias que trae esta ingeniería».
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