REDACCIÓN. La carga inalámbrica es estupenda hasta que deja de serlo. Un análisis de su eficiencia revela que este tipo de característica tiene un problema: se desperdicia mucha más energía.
El propio Wireless Power Consortium ya avisaba hace tiempo de la ineficiencia de los sistemas de carga inalámbrica. Ahora, un nuevo estudio deja claro que se utiliza casi un 50% más de energía al cargar el móvil con un cargador inalámbrico frente a hacerlo con uno con cable convencional.
Carga inalámbrica estándar es lo mejor pero no es tan eficiente
Poder transmitir energía sin cables es un viejo sueño tecnológico que hace tiempo que se hizo realidad. Los cargadores inalámbricos que usan técnicas como la inducción llevan tiempo permitiéndonos cargar nuestros móviles o relojes inteligentes, haciendo nuestra vida más cómoda; pero no la hacen más eficiente ni barata.
El Wireless Power Consortium (WPC) ya lo avisaba hace años. En un estudio para evaluar la eficiencia de la carga inalámbrica confesaban que medir ese parámetro era bastante difícil porque, en primer lugar, no había una metodología estandarizada que permitiera establecer cómo de eficiente (o ineficiente) era un sistema de carga inalámbrica.
Ante ello, se propusieron comparar tecnologías de carga inalámbrica como las de Rezence y Qi, que es actualmente el estándar de facto en la industria. La primera, era una implementación fantástica para cargar varios dispositivos a la vez sobre una misma superficie; pero su coste y eficiencia no la hacían especialmente aconsejable.
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Cargar inalámbricamente hace que gastemos casi un 50% más de energía
El resultado fue contundente: de media la carga inalámbrica usó 21,01 Wh, mientras que la carga con cable usó 14,26 Wh. Eso significa que la carga inalámbrica usó un 47% más de energía, «por la comodidad de no conectar un cable» que en realidad si conectas, pero en lugar de hacerlo al móvil lo conectas a la base de carga inalámbrica, por supuesto.
«En otras palabras», concluían los responsables del estudio, «el teléfono tiene que trabajar más, generar más calor y recolectar más energía cuando se carga inalámbricamente, para poder llenar una batería del mismo tamaño».
En ese experimento, quedó claro algo que también se observó en el estudio del Wireless Power Consortium: la posición en la que colocas el móvil en el cargador inalámbrico afecta de forma clara a la eficiencia de la carga.
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