TEGUCIGALPA, HONDURAS. La falta de empleo y la inseguridad han llevado a unos 800 inmigrantes hondureños, entre mujeres, hombres y niños, a salir este sábado en una nueva caravana hacia Estados Unidos (EEUU), pese al peligro que correrán en el largo trayecto que les espera.
Uno de los primeros obstáculos fue cruzar a Guatemala, por Corinto, punto aduanero fronterizo con Honduras, lo lograron una buena parte de manera legal, pero muchos de los compatriotas hondureños se vieron en la necesidad de hacerlo a través de «puntos ciegos».
Muchos tuvieron dificultades por falta de documentos
El llanto de niños recién nacidos y de varias mujeres fue muy conmovedor al llegar al retén policial del punto aduanero de Corinto y enterarse de que no les permitirían pasar, porque lo estaban haciendo «de manera irregular».
Algunos de los inmigrantes no llevaban su carné de identidad, ni pasaporte, a otros les faltaba el certificado de vacunación con dos dosis contra la COVID-19. Además, fueron muchos los niños sin pasaporte, obligatorio, que iban acompañados de uno o sus dos padres.
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«Hágalo por humanidad»
«Háganlo por humanidad, hemos caminado muchas horas desde Yoro, para que nos digan que no podemos pasar. Es la primera vez que estamos intentando salir del país porque ya no podemos vivir aquí», rogó una inmigrante hondureña a los agentes de la Policía Nacional y a un oficial del Instituto Nacional de Migración, que estaban solicitando «los documentos que dice la ley».
La inmigrante era parte de un grupo familiar de unas nueve personas, hombres, mujeres y niños, que los policías hicieron a un lado de las dos filas, en las que estaban formados muchos de la caravana, que este sábado salió hacia Estados Unidos desde la Central Metropolitana del servicio interurbano de autobuses, en cuyas frías aceras y áreas verdes durmieron el viernes.
«Si tuviéramos dinero seguro que ya hubiéramos pasado, pero como somos pobres nos detienen. No podemos tener un pasaporte», dijo llorando otra de las mujeres del mismo grupo.
Entre las dificultades de los inmigrantes para cruzar a Guatemala, es que esta vez, al menos no fueron reprimidos con gases y golpes por las fuerzas de seguridad de Honduras y Guatemala, como sucedió en años anteriores.
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