HONDURAS. La Policía Nacional (PN) detuvo a dos personas señaladas del secuestro de una persona a quien llevaban atada de pies y manos en El Progreso, Yoro.
Gracias a una llamada al Sistema Nacional de Emergencias 911 se emprendió la detención de dos sujetos, quienes ya habían hecho efectivo el delito en perjuicio de un ciudadano hondureño.
Según el informe policial, los dos supuestos secuestradores llevaban a la víctima a un sector de El Progreso denominado Las Cañeras. Sin embargo, una pronta acción frustró sus planes cuando iban por la colonia Bendeck.
A un detenido se le identificó como Miguel Ángel Lazo García, de 23 años de edad, originario de El Progreso y residente de la colonia San Jorge. Al otro involucrado se le conoció bajo el nombre de Gerson Adonay Ortiz Gómez, originario de Morazán, Yoro, de 21 años de edad.
Luego de la aprehensión, a estos dos sujetos se les está haciendo el trámite correspondiente para, posteriormente, remitirlos al Ministerio Público (MP) por el delito de privación de libertad.
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Otra captura
Elementos de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) capturaron en distintos puntos de la capital a 12 sospechosos de cometer secuestros exprés en taxis.
Según lo detalla el reporte policial, a estos individuos les decomisaron varios vehículos tipo taxi, donde se dedicaban a privar de su libertad a las personas. El operativo se efectuó en el marco de varias denuncias de los sospechosos.
A esta banda de secuestradores se les conoce como «Los Vampis Junior» y entre ellos se encuentran taxistas VIP.
La captura de estos ciudadanos fue posible tras varios meses de investigación en la capital por parte de la Unidad Nacional Antisecuestros de la DPI. En tal sentido, los identificaron, ubicaron y capturaron a los 12 supuestos responsables.
Los agentes que llevan el caso, detallaron que la organización delictiva usaba los vehículos tipo taxi para cometer los secuestros y así poder despistar a los agentes policiales desplazados en calle.
El modus operandi de este grupo denominado «Leer la Cartilla», consistía en que uno de los sospechosos abordaba los taxis haciéndose pasar como pasajero. Posteriormente, otro de los individuos se trasladaba en seguimiento a la primera unidad y realizaba la llamada telefónica para intimidar a la víctima y que entregara pertenencias y PIN de las tarjetas.
Además, obligaban a algunas víctimas a realizar transferencias de dinero a diferentes cuentas. Para asegurarse que los afectados no denunciaran lo ocurrido, le tomaban fotografías.
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