TEGUCIGALPA, HONDURAS. El costo de la canasta básica en Honduras continúa en aumento, mientras la población, golpeada por la actual crisis económica que atraviesa el país producto de la pandemia del COVID-19 y los fenómenos climatológicos Eta e Iota, intenta ponerse a flote.
Ahora también se le ha agregado a la debilitada fuente de ingresos el costo de adquirir insumos de bioseguridad para protegerse del coronavirus. A esto se suma la compra de medicamentos, internet y equipos tecnológicos para recibir clases o hacer teletrabajo.
En ese sentido, el director del Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), Ricardo Matamoros, manifestó que estos nuevos bienes de consumo han impacto directamente en la economía.
Agregó que, en Honduras, como en el resto del mundo, hubo una reponderación de la composición de bienes de consumo producto de la pandemia. Además, estos nuevos bienes no están contemplados dentro de la canasta básica, es decir que son cosas adicionales.
Canasta básica
Según cifras de la Dirección General de Salarios de la Secretaría de Trabajo y Seguridad Social, al cierre de abril, la canasta básica, tenía un costo de 9,095.85 lempiras mensuales para un hogar de cinco personas. Al mismo tiempo las estadísticas arrojan que de enero a abril de 2021 se ha registrado un incremento de 92 lempiras. Paralelo a ello el salario mínimo vigente en el país es de 10,022 lempiras.
No obstante, un alto porcentaje de hondureños no está percibiendo esa cantidad. Por lo que los márgenes de maniobra para la población son prácticamente nulos ante estos nuevos gastos.
“Para la clase media principalmente el tema de incremento en el consumo de servicios de telefonía celular o de conexión de internet ha servido no solo para poder cubrir el tema de los servicios de educación de los jóvenes sino también para aquellas labores que migraron hacia la modalidad del teletrabajo. Eso implica que los hogares tuvieron que modernizar su equipo de cómputo o incrementar el ancho de banda, entre otros servicios”, argumentó.
Aumento de la pobreza
Por su parte, el Instituto de Investigaciones Económicas y Sociales (IIES) de la UNAH, indicó que la pobreza en Honduras en el último año subió al menos un 10 %. Lo que implica que unos 250,000 hogares entraron al umbral de la pobreza, un escenario que desde la perspectiva de los expertos es desalentador.
“Esto indicaría que estos hogares se vieron en serios aprietos para poder cumplir con esta recomposición del consumo”, dijo Matamoros. También sostiene que esto ha generado la imposibilidad de que muchas de las familias no puedan comprar la suficiente cantidad de insumos de bioseguridad.
“Mucha gente que anda sin mascarilla no es porque no quiera usarla, es porque no puede comprarla”, señaló.
Por otro lado, el Observatorio Universitario de la Educación Nacional e Internacional de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM) reportó niveles de deserción escolar nunca vistos de niños y jóvenes en el sistema educativo nacional.
“Eso es el reflejo de la incapacidad de algunos hogares de cubrir esos costos de internet o de recargas para que sus niños puedan acceder a los servicios de educación pública. Aunque no tenemos estadísticas específicamente de cuánto ha impactado a la cesta de consumo estas nuevas necesidades. Pero se puede intuir a través de estas estadísticas. Además, en el nivel privado han reportado que sus niveles de matrícula han disminuido entre un 10 y 30 %», acotó.
Productos de bioseguridad
Por otro lado, Matamoros enfatizó que según la Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA), las importaciones de productos de limpieza y bioseguridad han aumentado en la región desde la pandemia. Pero espera que una vez que este pase, la demanda de los mismos caiga.
Según la información del director de esta dependencia de la UNAH, en Honduras se ha perdido en el último año al menos 500,000 empleos. “Más del 50 % de la población hondureña devengan menos del salario mínimo. Además, cerca del 60 % de los empleos generados en Honduras están en la informalidad”.
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Desafíos para las autoridades
Para el director del IIES, las autoridades que están por elegirse en el proceso electoral de final de año tienen serios desafíos en cuanto a las políticas económicas.
“Nosotros como instituto hemos enfatizado que los efectos de la crisis de COVID-19 y de las tormentas tropicales Eta y Iota son graves y requieren del concurso de los diferentes actores de la sociedad hondureña, no solo de este Gobierno, sino del futuro; deberíamos de estar pensando en soluciones concretas en este momento. Cómo se le dará continuidad el próximo año, las soluciones las debemos plantear de manera inmediata”, planteó.
Consideró que el país necesita crecer económicamente al menos 4 % durante los próximos 4 años para llegar a los mismos niveles económicos de 2019, año en que el escenario tampoco era tan alentador.
Concluyó diciendo que el éxito de la estrategia de vacunación es un factor determinante para la reactivación económica, y por lo tanto la recuperación de algunos de los empleos perdidos y de la creación o reapertura de empresas.
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