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TEGUCIGALPA, HONDURAS. Pese a la preocupación mundial por la pandemia del COVID-19, otra problemática resulta ser más letal que el citado virus, según reveló un informe sobre el Estado del Clima Mundial de la Organización Metereológica Mundial (OMM), dado a conocer de manera conjunta con la Organización de Naciones Unidas (ONU).

Lo anterior, debido a que millones de personas en el mundo son afectadas por el fenómeno que ya está pasando factura a cientos de naciones, y Honduras no es la excepción.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, y el jefe de la OMM, Petteri Talas, declararon que a pesar de que esta enfermedad tiene preocupado al mundo, no deben reducirse los esfuerzos en la lucha contra el cambio climático.

«El coronavirus es una enfermedad que esperamos que sea temporal, con impactos temporales. Pero el cambio climático ha estado allí por muchos años y se mantendrá por muchas décadas, y requiere de acción continua», afirmó Guterres.

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Cambio climático, «mucho peor» que el COVID-19

Para Guterres, aunque se le debe dar toda la atención necesaria al virus mortal, no se puede dejar de lado la lucha contra el cambio climático, y los demás problemas que enfrenta el mundo.

Cabe destacar que en 2019 el calentamiento global tuvo consecuencias sobre la salud, la comida y el hogar de millones de personas en el mundo, según reza el informe de la OMM y ONU. Además, puso en riesgo la vida marina y una gran cantidad de ecosistemas.

Al respecto, Petteri Talas manifestó que es desafortunado lo que está pasando con el coronavirus y las muertes que ha causado, pero que el cambio climático es «mucho peor».

«El virus tendrá un impacto económico a corto plazo, pero las pérdidas serán masivas si pensamos en el calentamiento global. Estamos hablando de un problema de mayor magnitud, con consecuencias en la salud de las personas y en nuestras sociedades mucho más graves», aseguró.

En el estudio compilado por la OMM, se resaltan las señales físicas de alerta del cambio climático: como el intenso calentamiento de los océanos y de la Tierra, el récord del nivel del mar en 2019. A ello se suma, el descongelamiento de los mantos de hielo y los continuos fenómenos meteorológicos como tormentas, sequías e inundaciones.

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Efectos del cambio climático 

El año 2019 terminó con una temperatura media mundial 1,1 °C por encima de los niveles preindustriales estimados, un valor superado únicamente por el récord de 2016, cuando el fenómeno de «El Niño» agravó el aumento de la temperatura mundial vinculado a la tendencia general al calentamiento.

“El calor del océano está en un nivel récord, con temperaturas que aumentan al equivalente de cinco bombas de Hiroshima por segundo. Contamos vidas y medios de vida humanos a medida que las sequías, los incendios forestales, las inundaciones y las tormentas extremas cobran su precio mortal. No tenemos tiempo que perder si queremos evitar una catástrofe climática”, manifestó Guterres.

En cuanto a Honduras, el escenario no es nada alentador, esto debido a que, desde el año 2010 se han perdido alrededor de 600 metros de línea costera en las comunidades de las barras de Motagua y Cuyamel en el municipio de Omoa, zona norte de Honduras.

En consecuencia, son casi 100 familias, residentes en ese epicentro del cambio climático, las que están en riesgo por los efectos de ese indetenible cambio ambiental.

Los daños ya arrasaron con 50 viviendas en las barras de Cuyamel y Motagua, en Honduras.

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Calentamiento global

Por otro lado, el mencionado informe indica que el quinquenio 2015-2019 comprende los cinco años más cálidos de los que se tiene constancia, y el período de 2010 a 2019 ha sido la década más cálida jamás registrada.

A partir de los años ochenta, cada nuevo decenio ha sido más cálido que todos los anteriores desde 1850.

“Dado que las concentraciones de gases de efecto invernadero no dejan de aumentar, el calentamiento continuará», advirtió el secretario de la OMM.

«Según un reciente pronóstico, es probable que en los próximos cinco años se produzca un nuevo récord de temperatura mundial anual. Es solo cuestión de tiempo”, continuó diciendo.

Las fuertes temperaturas ocasionaron incendios estructurales a inicios de 2020 en Australia.

La temperatura es solo un indicador del cambio climático en curso, al que se le añaden las alteraciones de los patrones de lluvia que han repercutido a varios países, aseveró el jefe de la Organización Meteorológica Mundial.

Y, por si fuera poco, a esto se suma el aumento cada vez mayor del nivel del mar, tal y como sucede en Omoa, denominada como la zona cero del cambio climático en América Latina.

“Esto expone las zonas costeras y las islas a un mayor riesgo de inundaciones y puede provocar que sus zonas bajas queden sumergidas por las aguas”, aseguró Talas. En el informe se indica que la tendencia va cada vez más a los extremos.

El mar avanzó más de 600 metro de línea costera en Omoa.

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 Aumento en el nivel del mar

Según detalla el informe, «el calentamiento de estos cuerpos de agua conlleva repercusiones generalizadas para el sistema climático y contribuye en más de un 30% a la subida del nivel del mar a raíz de la expansión térmica del agua marina».

Asimismo, altera las corrientes oceánicas e, indirectamente, modifica la trayectoria de las tormentas y provoca la fusión de las plataformas de hielo flotantes.

Prueba de ello, es que, entre 2009-2018, los océanos absorbieron aproximadamente el 23 % de las emisiones anuales de CO2, amortiguando los efectos del cambio climático, pero a costa del incremento de la acidez de sus aguas.

¿El cambio climático puede matar?

Así como el COVID-19 ha cobrado las vidas de más de 17 mil personas a nivel mundial, el cambio climático también ha hecho estragos en la salud de las personas y los sistemas sanitarios quienes están pagando cada vez un precio más alto a causa de las condiciones de calor extremo.

Para el caso, el año pasado, las altas temperaturas que se registraron en Australia, la India, Japón y Europa batieron todos los récords y afectaron negativamente a la salud y el bienestar de la población.

Según el informe de la ONU y la OMM, en Japón, una intensa ola de calor provocó más de 100 víctimas mortales y 18.000 ingresos hospitalarios adicionales. En Francia, por su parte, se registraron 20.000 visitas a urgencias para tratar dolencias relacionadas con el calor entre junio y mediados de septiembre, y durante dos importantes olas de calor se produjeron 1.462 muertes en las regiones afectadas.

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Seguridad alimentaria

Otro desalentador escenario, es que, la variabilidad del clima y los fenómenos meteorológicos extremos figuran entre los factores que han propiciado el reciente aumento del hambre en el mundo.

Además, son una de las causas principales de las graves crisis alimentarias. «Tras una década de reducción constante, el hambre repunta: más de 820 millones de personas la padecieron en 2018», agrega el informe.

El cambio climático también afecta los cultivos, y por ende, agrava la crisis alimentaria a nivel mundial.

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