EL PARAÍSO, HONDURAS. Elementos de la Policía capturaron a tres hombres por suponerlos responsables de tráfico de personas, pues, supuestamente, trasladaban a 13 personas de nacionalidad cubana.
La acción policial se ejecutó exactamente en la aldea de Las Crucitas, municipio de Potrerillos, El Paraíso. Los encargados de la detención fueron los policías asignados a la Unidad Departamental de Policía #7 (UDEP 7).
Dos de los detenidos tienen 47 y 22 años de edad, originarios y residentes en la colonia Santa Clara de Tegucigalpa, mientras que el tercer arrestado es un hombre de 22 años de edad, originario de Guinope, El Paraíso, y residente en la colonia El Reparto, Tegucigalpa.
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Decomiso
De acuerdo con el reporte policial, al momento de la captura a los tres ciudadanos se les decomisó lo siguiente:
- Tres vehículos
- Una cantidad de L 1,750 en efectivo
- Siete dólares americanos de diferentes denominaciones
- Cinco teléfonos celulares de diversas marcas
La Policía Nacional ha intensificado los operativos en las zonas fronterizas del país, ya que no es la primera ocasión en la que se detienen a ciudadanos que intentan trasladar de manera irregular a migrantes.
Honduras se ha convertido en los últimos años en un «hub», es decir, un punto de encuentro para migrantes de nacionalidades haitianas, cubanas y ahora hasta venezolanos.
A los tres detenidos se les supone responsables del delito de tráfico de personas en perjuicio de 13 cubanos. Tras su captura, los remitieron ante la autoridad competente para que se les siga el respectivo proceso judicial.
Honduras, país de origen y tránsito de trata
Según el estudio, Honduras es un país de «origen y tránsito para la ocurrencia de trata de personas y la explotación sexual», delitos que con frecuencia son vinculados a «una seria de condiciones de vulnerabilidad de las víctimas y al interés desmedido de personas o grupos delictivos que se lucran de la comercialización de seres humanos«.
Los tratantes de personas «conocen las necesidades de sus víctimas y las vulnerabilidades que identifican en ellas son su mayor arma de control», añade el informe.
Además, están cerca del círculo de confianza de la víctima, no operan solos y crean lazos afectivos.
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