Honduras. Los menores de edad son los más vulnerables a los altos índices de violencia que se vive en el país, según la organización World Visión, cada seis horas un niño o niña denunció ser víctima de abuso sexual este 2023, lo que equivale a cuatro niños diarios.
Del mismo modo, según la organización, en el primer trimestre del año registraron 441 casos de maltrato infantil, por lo que si cada trimestre se reciben 400, se estaría hablando de 1,600 episodios de maltrato infantil al año.
Además, señala que 60% de los niños y niñas de Honduras son víctimas de maltrato en su círculo familiar, ya sea por abuso físico, sexual, explotación o mendicidad.
Claro ejemplo de ello es el reciente caso de once menores de edad rescatados por autoridades policiales en Puerto Cortés.
Las investigaciones señalan que una mujer identificada como Rosa Cortés los obligaba a realizar trabajos forzados sin beneficio alguno, además, a algunos de ellos los mantenía encadenados.
Otro caso es el de una pequeña de tan solo 18 meses de edad, que era amarrada y golpeada por su madre y padrastro en la colonia Las Américas, en Ocotepeque. Ella fue rescatada y puesta a la orden de servicios de protección infantil.
Hechos así rodean día a día a la niñez hondureña. Lamentablemente, según expertos, la mayoría de casos no se denuncian o permanecen impunes.
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Abuso sexual infantil
El abogado y representante de World Vision Honduras, Juan Carlos López, explicó a Diario Tiempo que existen varios tipos de maltrato infantil, ya sea por omisión, supresión o transgresión. Este último abarca el abuso físico y sexual.
De acuerdo con López, según información del Ministerio Público (MP) el abuso sexual infantil ocurre principalmente en los hogares, donde los menores viven con sus familiares y se relacionan con cercanos o vecinos.
En segundo lugar, señaló los centros educativos donde mayormente ocurren este tipo de delito. Asimismo, en tercer lugar hace mención a las iglesias.
«Ahí están ocurriendo muchos abusos sexuales y lo complicado de esto es que la mayoría de casos quedan impunes (…). En las iglesias el abuso sexual ocurre por un pastor, sacerdote o cualquier miembro de la congregación».
«Eso realmente es preocupante porque entenderíamos nosotros que la familia, la escuela y la iglesia son los entornos principales donde los niños y las niñas deberían estar siendo protegidos y tenemos que ponerle atención a esto», añadió.
Cifras alarmantes
Entre el año 2016 a 2020, López informó que el promedio de denuncia por abuso sexual era de 4 a 5 niños y niñas diariamente, y que para 2023 las cifras no han disminuido. «En un promedio de cada 5 o 6 horas está entrando una denuncia de abuso sexual infantil»
«No hay una semana que no salga una noticia de un niño abusado sexualmente o de una persona capturada como presunto violador de menores de edad y eso es alarmante», lamentó el abogado.
En ese sentido, añadió que como organización se encuentran trabajando en comunidades, barrios y colonias urbanas y rurales para prevenir la violencia y capacitar a niños y niñas en autocuidado, con el fin de que ellos mismos sean capaces de denunciar.
Mayores casos denunciados
El defensor de la niñez reveló el abuso infantil es uno de los tipos de maltrato a la niñez con más denuncias. Sin embargo, comentó que la mayoría de ellos no se registran.
«Es decir, existe un subregistro, las denuncias que lean sobre abuso sexual infantil al Ministerio Público o DPI (Dirección Policial de Investigaciones) en realidad son muy por debajo de la realidad. Entonces eso nos preocupa», explicó.
Seguido a ello, manifestó que también se reciben denuncias de explotación laboral, mendicidad y explotación sexual.
Sin embargo, en abril de 2023, World Visión informó que entre los cinco delitos con mayor registro de denuncia son:
- Violación especial: 2,834 casos
- Actos de lujuria: 2,372 casos
- Violación: 1,403 casos
- Estupro: 836 casos
- Rapto: 434 casos
Consecuencias emocionales y psicológicas
Por otra parte, López detalló que todo tipo de maltrato infantil afecta directamente el estado psicológico y emocional de los niños y niñas.
Añadió que una de las mortales consecuencias es el suicidio; decisión que niños y adolescentes toman al estar cargando un abuso, no ver confianza en su familia y no ver una solución para que cese el maltrato.
Asimismo, indicó que los menores se vuelven violentos al estar percibiendo abuso y violencia de todo tipo, ya que afecta su estado emocional y contribuye al niño a tener episodios de violencia en su escuela u hogar.
«Una consecuencia más inmediata son sus calificaciones. Un niño que está estudiando va a presentar también una baja en el rendimiento académico en general por la circunstancia que atraviesa. Es muy probable que un niño abusado huya de su casa y se refugie en un grupo antisocial para protegerse del abuso que recibe», manifestó.
Educación como prevención
Entre tanto, el defensor manifestó que como medida de prevención a la violencia que enfrenta la niñez en Honduras, la educación es la clave fundamental.
«Es fundamental que los niños y niñas conozcan sobre la situación para que sepan qué hacer en caso de que sufran de algún tipo de abuso. También se debe educar a los maestros y padres de familia», dijo.
Añadió que Honduras necesita una estratégica y política que lleve a sensibilizar y educar la sociedad sobre este tema. Sin embargo, lamentó que en el país esté satanizado hablar de la salud sexual, por lo que al considerarse un tabú no se permite establecer medidas de educación y sensibilización.
Por lo tanto, consideró que desde el Gobierno se deben fortalecer los mecanismos de protección. Además, pide que los órganos de justicia aseguren dar respuesta prioridad y atención a los casos de abuso sexual y maltrato infantil en general.
