El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, respondió a los señalamientos de diversas organizaciones internacionales sobre las violaciones a los derechos humanos en el marco del Régimen de Excepción, retándoles a llevarse a los pandilleros.
El país centroamericano suprimió el domingo garantías constitucionales para hacer frente a una escalada de asesinatos que afronta el país desde el viernes. El gobierno culpa a las maras o pandillas.
Los grupos de derechos humanos y analistas han expresado que se encuentran preocupados. Todo esto sucede porque sospechan que las detenciones masivas tienen poco que ver con los asesinatos ocurridos. Asimismo, temen que las nuevas medidas permitan que el presidente de El Salvador se consolide aún más en el poder.
La Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA) sostuvo el lunes que el Régimen de Excepción que decretó la Asamblea Legislativa salvadoreña atenta contra los estándares internacionales de los derechos humanos, amenaza la seguridad ciudadana y vulnera el estado de derecho.
«El gobierno de Nayib Bukele, en El Salvador, ha decretado un estado de excepción que no solo no respeta estándares de derechos humanos, sino que continúa llevando la democracia al abismo. La comunidad internacional está atenta y las organizaciones de derechos humanos seguiremos alertando y denunciando», dijo Carolina Jiménez, presidenta de WOLA.
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El domingo por la noche, las fuerzas de seguridad salvadoreñas dijeron que habían detenido a 576 personas en varios distritos de la capital. Algunas personas afirmaron que ni siquiera recibieron información básica sobre las razones por las que sus seres queridos fueron detenidos o adónde los llevaron.
“No hay mucha evidencia de que exista una conexión entre muchas de las personas detenidas y los asesinatos del sábado”, dijo Tiziano Breda, analista de Centroamérica en International Crisis Group, un grupo de expertos que analiza conflictos y disturbios globales.
La respuesta de Bukele
«A la comunidad internacional: Tenemos 70.000 pandilleros aún en las calles. Vengan por ellos, llévenselos a sus países, sáquenlos de esta ‘persecución dictatorial y autoritaria’. Ustedes pueden ayudar a estos angelitos, no permitan que les sigamos ‘violando sus derechos'», expresó Bukele en su cuenta personal de Twitter.
Bukele también dijo en Twitter que se habían producido alrededor de 1000 arrestos desde el domingo por la mañana, sumándose a los 16.000 pandilleros que, según él, ya estaban en prisión y que serían castigados por la violencia del fin de semana.
El mandatario dijo el domingo que el gobierno podría extender el estado de excepción más allá de los 30 días aprobados por los legisladores, avivando los temores de que esa medida pueda usarse para expandir la represión y arrestar a los críticos del gobierno.
“La suspensión de ciertos derechos constitucionales en El Salvador abre la puerta a todo tipo de atropellos”, dijo Juan Pappier, analista sénior de Human Rights Watch, en su cuenta de Twitter. Además, llamó al gobierno a proteger a la población con «medidas sostenibles y respetuosas de los derechos humanos».
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