CORTÉS, HONDURAS. Este miércoles, en el teatro que lleva su nombre, hicieron un homenaje al forjador del arte en el territorio nacional, José Francisco Saybe Handal, quien falleció recientemente por causas naturales en la ciudad de San Pedro Sula.
La ceremonia comenzó cuando los presentes tomaron asiento y empezó una melodía, en ese momento el telón de color rojo se abrió y dejó ver el féretro donde descansa el gran «Chico» Saybe.
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Acompañado a ello, flores blancas adornaron el escenario, mientras en la pantalla se leía la frase: «¡Hasta siempre maestro!».
Segundos transcurrieron para que las lágrimas empezaran a rodar por el rostro de muchos y rápidamente los presentes se pusieron de pie y aplaudieron honrando al sampedrano.
De igual forma, en la ceremonia participaron diferentes familiares, amigos, alumnos, entre otros personajes, quienes en sus discursos destacaron la trayectoria del teatrista, así como su humor, sus ayudas y las memorias que tuvieron con él.
De igual forma, entre tres de los participantes del evento que fueron los más cercanos al señor Francisco Saybe, le colocaron sobre su féretro la bandera de su querida Honduras.
«Te llevaremos en el corazón siempre y tenga por seguro que este teatro seguirá llenando el sueño que tuviste, el gran ejemplo que fuiste y todo lo que nos has dejado», finalizó diciendo uno de los que dirigió la ceremonia.
Un forjador del teatro
La huella que dejó don José Francisco Saybe es imborrable. Cualquier persona que llegó a conocerlo terminaba con un concepto sumamente agradable del sampedrano.
Él siempre estaba dispuesto para ayudar, y cuando de arte o cultura se trataba, nunca daba la espalda. El querido don «Chico» era conocido como el exponente más grande del teatro.
El señor José Francisco Saybe fue uno de los hombres más respetados y admirados de la capital industrial del país. Era catedrático, director del Círculo Teatral Sampedrano (CTS) y fundador cultural de San Pedro Sula.
Por otro lado, don «Chico» enalteció el nombre de Honduras y posicionó el teatro como un arte destacado en el país. Él nació en la ciudad de La Ceiba, el 30 de mayo de 1936.
Un gran amor de su vida fue el teatro. Lo encontró por primera vez a los nueve años de edad, al conocer el Teatro Nacional Manuel Bonilla en Tegucigalpa. Pero fue San Pedro Sula que se convirtió en su segundo hogar y fue donde el hondureño vivió sus mejores momentos con el arte.
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