HONDURAS. Las vacunas contra COVID-19 que están bajo elaboración y en fases probatorias tendrían un bajo costo adquisitivo, lo que tornaría accesible su compra para países de escasos recursos, según desveló María Elena Bottazzi, científica hondureña.
«Hay mucho optimismo de que las vacunas serán de acceso total, con costos bajos. Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG’s) están garantizando eso con los manufacturadores», explicó.
Es más, comentó en qué etapa está actualmente el antídoto que mantienen en desarrollo junto a su equipo de trabajo del Centro de Desarrollo de Vacunas en Houston.
«La nuestra sigue en los mismos avances. Ahorita estamos esperando indicación de la aprobación de poder seguir con el paquete regulatorio y proceder a la fase clínica», detalló.
Bottazzi aseguró que su grupo también se mantiene firme en su ideal de que los productos que elaboren sean de beneficio para la población mundial, sin distinción.
«Trabajamos siempre basándonos en el aspecto de acceso global. Es decir, procurando que nuestra vacuna vaya a poder ser transferida a manufacturadores en Estados Unidos, Latinoamérica, India, países de África, etcétera», manifestó.
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Carrera por la cura
La experta también informó que, por el momento, hay más de 120 proyectos que pretenden crear una vacuna efectiva contra la COVID-19. Asimismo, contó que 12 ya están en la fase clínica.
Pese a que ninguna está en una etapa de publicación aún, mencionó que un antídoto chino ha dado resultados positivos en sus primeras pruebas. Su efectividad aún sigue bajo análisis.
No obstante, cree que lo que podría haber pronto es nada más una «vacuna de emergencia». Argumentó que una vacuna más eficiente no estará lista tan pronto, ya que «para que sea utilizada en millones de personas toma más tiempo».
Honduras: reapertura económica aumentaría casos
Por otra parte, la destacada científica se refirió a la apertura «inteligente» que está bajo preparación en Honduras y que iniciará, de manera progresiva, el ocho de junio. No anticipa un panorama alentador, en lo relacionado a la salud de los hondureños.
«Aunque es necesario, hay que ir evaluando el impacto de cómo se hacen las reaperturas. Lo más probable es que una o dos semanas después se va a ver que incrementarán los picos de contagio», expuso Bottazzi.
Incluso, ejemplificó que en su ciudad de residencia también se optó por reabrir los negocios paulatinamente, pero, la desobediencia de las instrucciones sanitarias derivó en un aumento de los casos de COVID-19.
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