OCOTEPEQUE, HONDURAS. Con todo y su uniforme, acompañado de sus compañeros, así llegó el ciudadano Hugo Oliva a pedirle matrimonio a su novia en Ocotepeque, zona occidental del país.
Un vídeo difundido en redes sociales por la cuenta «Centinelas del Fuego» muestra el momento exacto en que el bombero llega a un establecimiento donde se encuentra su pareja. Ahí, sube algunas gradas, mientras tanto, en su mano lleva un ramo de rosas para entregárselo.
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Al llegar, ella le da un fuerte abrazo y un beso, al mismo tiempo que recibe el obsequio que le lleva Hugo. Intercambian un par de palabras y luego llega el momento más esperado: el apagafuego se arrodilla frente a ella y saca del bolsillo de su uniforme un anillo.
En ese momento, sus compañeros comienzan a aplaudir y gritar, felices por el gran paso que está dando. Su pareja, y también madre de su pequeña hija, no contiene las lágrimas, se limpia su rostro y asiente con la cabeza. Finalmente llega el tan añorado «SÍ».
Hugo procede a sacar el anillo de compromiso, se lo coloca a ella y vuelven a darse un enorme abrazo. La acción generó mucha alegría en los presentes y al difundirse en redes surgieron muchos comentarios.
«Que viva el amor»
Muchos aplaudieron la acción del bombero, pues señalaron que vestido así demostraba tanto el amor que le tenía a su pareja como a la institución de la cual lleva años siendo parte.
«¡Qué romántico! Muchas felicidades», «Hombres valientes, que no le temen a nada», «Colega, felicidades. Dios bendiga su matrimonio», «Qué viva el amor», fueron algunos comentarios que recibieron los prometidos.
Otros enviaron bendiciones a la pareja, para que la familia siga adelante por muchos años más y aprovecharon para pedirles que «los inviten a la boda«.
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«Sí, quiero», dijo él, enfundado en un vistoso traje azul, tomándole la mano a ella, quien brillaba en un tradicional vestido de novia blanco, con un majestuoso velo y expresando la misma voluntad.
Verónica Hernández -enfermera- y Estuardo Maldonado -bombero- asentían en ese momento no solo a unir sus vidas para siempre, sino también a la búsqueda incansable de estar al servicio del prójimo.
«Yo siempre pedí a Dios tener una persona a mi lado cuyo anhelo fuera servir a las personas que tuviera la vocación de ayudar igual más fuerte que la mía», confesó semanas atrás la novia, que consumó su sueño.
Ella dijo esas palabras, al fotógrafo Enrique Gamoneda, quien, entonces, era el artífice de la sesión fotográfica para los novios en un tipo de antesala para su día más especial.
Ahora, el matrimonio ya se selló. El apagafuegos y la enfermera, quien ayuda a salvar vidas en el Hospital de Occidente, se casaron en un evento exclusivo celebrado en un salón de Ocotepeque.
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