Si hay quien una vez pensó que montar un V12 en el popular BMW Z3 sería buena idea, alguien lo intentó hace más de 20 años y el resultado dejó mucho que desear.
El BMW Z3 es un biplaza convertible alemán cuyo periodo de vida duró de 1996 a 2002, en dicho periodo portó bloques de cuatro y seis cilindros, con potencias iban desde los 110 hp hasta los nada despreciables 321 hp. Sin embargo, Gerhard Schmidt director de desarrollo de aquel entonces para la firma alemana, tuvo la inquietud de saber cómo se comportaría el popular roadster sí en lugar del L6, presumiera bajo el cofre un V12 de 5.4 litros.
Este mismo 12 cilindros en V, se podría encontrar en otros modelos de la marca, como: el 750i y 850Ci. A la hora de montarlo en la bahía del Z3 1999, se tuvieron que realizar algunas adecuaciones debido al gran tamaño del bloque, el radiador, cárter y bomba de aceite fueron algunos de esos componentes que tuvieron que modificarse para completar la misión.
Mal resultado
Una vez lograda la hazaña el resultado en números arrojó un incremento de apenas 5 hp para un total de 326 hp, sin embargo el torque que ahora se entregaba desde las 1,000 vueltas, llegaba a 395 lb-pie, lo que inmediatamente se tradujo en un vehículo muy difícil de controlar.
Junto con el V12, también se incorporó una transmisión manual de seis cambios, reforzada y proveniente del Serie 8, por lo que en peso para la báscula se tradujo en un incremento de 200 kg extra a los 1200 kg de origen. Por lo consiguiente la famosa repartición de peso de 50 – 50% quedó muy lejos y terminó convirtiéndose en 70 – 30%.
El experimento finalizó siendo un auténtico desastre en términos de performance y comportamiento dinámico. Este prototipo o ejercicio mecánico, nunca tuvo el más mínimo chance de llegar a producción, pero sí logró ser uno de esos ejemplares exóticos que yacen en los almacenes de BMW.
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