CORTÉS, HONDURAS. En los últimos días la problemática respecto a la basura proveniente de Guatemala ha sido nuevamente un tema de interés en la sociedad hondureña, debido a las cantidades enormes que se pueden ver en aguas y playas hondureñas.
Una solución planteada había sido la implementación de biobardas, para evitar que las enormes cantidades de basura se desplegaran en el océano y en las playas de Honduras.
¿Qué es una biobarda?
Consiste en una alternativa de barrera (trampa). Es elaborada para detener los residuos y desechos de mayor tamaño, arrastrados desde la cuenca alta de los ríos a las partes medias y bajas.
La estructura de la biobarda es bastante simple. Consiste en poner filas de botellas colocadas en forma circular. Y se debe dejar en el centro, de manera alterna, una botella llena de agua o arena, perfectamente cerrada, para estabilizar la barda.
Estas filas de botellas se colocan en el centro de la malla, la cual se va cerrando con el lazo, con un amarre parecido a la puntada de diente de perro.
Las filas de botellas se organizan, colocándolas boquillas con boquillas; siguiente fila, fondo con fondo.
La barda tendrá el largo que requiera (según el ancho del río), para poder amarrarse de ambos lados de sus riberas.
Se debe tomar en cuenta las actividades que se realizan en el río. Pues, si por estas aguas transitan cayucos, debe dejarse un tramo de lazo sin botellas. Eso para permitir la navegación de los cayucos, y poner biobardas alternas, para no afectar la retención de residuos sólidos.
Biobardas para evitar basura de Guatemala en Honduras
Cabe destacar que las biobardas que se utilizaron «para solucionar» el problema de la basura en Honduras, no se encuentran en Omoa. Estas se ubicaron en el río Motagua, en una comunidad conocida como Quetzalito, que se encuentra a unos pocos kilómetros de la barra del río mencionado.
Puede leer: ¡Crimen ambiental! Playas de Omoa, de joya natural a basurero municipal
La comunidad mencionada anteriormente pertenece a Guatemala. Cabe decir que, según expertos en el tema, las biobardas no soportan cuando las cantidades de basura son grandes. Asimismo, se debe aclarar que, que el número en días anteriores han sido enorme. Y debido a eso, la presión revienta los cables.
Problema reiterado sin respuesta
Desde mediados del año 2016, «las autoridades de Honduras empezaron a sentirse alarmadas y preocupadas por los altos niveles de contaminación del río Motagua, por sus efectos sobre el mar en su costa atlántica».
Este río, el más grande de Guatemala, nace en el departamento de Quiché y desemboca en Izabal, específicamente en el Mar Caribe.
A su paso por más de 90 municipios a lo largo de 487 kilómetros, esta vertiente recoge toda clase de contaminantes y desechos sólidos. Esto ocurre desde tiempos inmemoriales.
Según la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), «ante la posibilidad de una crisis diplomática por la amenaza hondureña de presentar una demanda multimillonaria contra Guatemala, los presidentes de ambos países, Jimmy Morales Cabrera y Juan Orlando Hernández, se reunieron con sus respectivos cancilleres para analizar la situación».
La organización también sostuvo que, «el Presidente Morales, de Guatemala, hizo sobrevuelos en el río hasta la desembocadura en el atlántico y constató el arrastre de basura, plástico y desechos sólidos en gran cantidad».
Asimismo, manifestó: «Por encargo del Presidente de Guatemala, Jimmy Morales, se empezaron a realizar reuniones entre los equipos técnicos de los Ministerios de Ambiente y Recursos Naturales [MARN], tanto en Guatemala como en Tegucigalpa».
En el MARN de Guatemala «se tuvo idea de una biobarda como barrera para contener los desechos».
Las biobardas son, entre otras, una «respuesta a la alta contaminación de los ríos». La que en buena parte«se origina por el aumento de la población, el uso inadecuado del suelo, y el abuso de plaguicidas». También por la concentración industrial, lanzamiento de desechos y basura. Asimismo, por el bajo nivel de educación y conciencia ambiental. Todos esos factores han contribuido durante años a la contaminación de las aguas.
Cementerio en el mar
Según USAID, «un 90 por ciento de los contaminantes es transportado por los ríos al mar. La Organización de Naciones Unidas (ONU) calculaba en 2013 que al menos 6.4 millones de toneladas de basura terminaban cada año en el mar». Pero en el 2018 se situaba esta cifra en más de «8 millones de toneladas de plástico».
Suscríbete gratis a más información sobre el COVID-19 en nuestro WhatsApp haciendo clic en el enlace: bit.ly/whatsapptiempo.
