TEGUCIGALPA, HONDURAS.- La firma del Acta de Independencia que declaraba a Honduras como un Estado Libre, Soberano e Independiente, ¿solo fue un espejismo de la realidad que se vivía en 1821?
La historia se ha contado de manera que este 15 de septiembre es un día de júbilo, festividad y amor por la patria, pero según historiadores, la verdad es otra.
Es pues, que toda Centroamérica añoraba su independencia al ver países del sur y Norteamérica levantarse en contra de conquistadores y crear Repúblicas independientes era un hecho.
Así es como historiadores y sociólogos hondureños relatan a Diario Tiempo los hechos ocurridos en la historia, las consecuencias que tuvo el firmar el Acta de Independencia, los cambios que sufrió la nación, pensamientos de los próceres hondureños y cómo se ha transformado el Estado hasta estos días.
Un día como hoy, solo que hace 200 años, se disponía a firmar el Acta de Independencia de Honduras el hondureño José Cecilio del Valle, mismo que redactó el acta, se reuniría con representantes centroamericanos para declarase como estados República.
Pero estos ideales del prócer no fueron cumplidos, o al menos como se divisaban, ya que no era una independencia para todos los sectores.
Verdaderos independientes
“La independencia la hacen efectiva los criollos (españoles nacidos en América), que querían reemplazar a los peninsulares (españoles nacidos en España). La independencia se desarrolla bajo esa óptica y evitan que el pueblo participe de manera soberana”, mencionó el historiador Arnulfo Ramírez.
Es por ello, que la Independencia de Honduras se ve mermada para todos los sectores, porque esto significaba un cambio, pero para ciertos sectores, creando así la clase elitista en el país.
También comentó Ramírez que “hoy día la gente no logra asimilar su importancia y solo lo mira como una fiesta, un desfile. El hecho histórico nace por acción de la separación de América de España y el pueblo siguió trabajando y siendo explotados por los criollos, el cambio solo fue un cambio de poder como lo que pasa hoy día, cambios de poder de partidos políticos”.
Asimismo, la historiadora Annarella Vélez, expuso que no existe una verdadera independencia concluida, sino una que hasta la fecha no se ha construido.
“El imperio colonial no ha dejado los cambios deseados, ni siquiera los cambios soñados por Dionisio de Herrera, Francisco Morazán y José Cecilio del Valle. No se ha podido construir una República”, expresó Vélez.
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Estado polarizador
Honduras no ha logrado construir en 200 años un estado inclusivo con los sectores, ya que hay distintos sectores de la sociedad hondureña que los han marginado en los procesos de tomas de decisiones para el país.
“En estos 200 años se ha construido una nación para beneficiar la élite”, mencionó el historiador Edgard Soriano.
Además, el sociólogo Marco Tinoco afirmó que “los sectores populares no sienten una independencia porque siempre estamos dependiendo de lo externo. Incluso, los procesos electorales tienen que intervenir países extranjeros para dictaminar nuestros representantes”.
Además, los avances han sido “maquillados” por proyectos que parecen ser beneficiosos para la población, pero solamente crean más desigualdad.
“Aunque dicen que el país se ha modernizado, solamente es para las personas que tienen recursos, es decir, son obras grises. Para el pueblo no hay luz, agua, comida, empleo, poca importancia a la educación, solo ha habido un pequeño desarrollo económico, pero no uno socioeconómico”, recalcó Arnulfo Ramírez.
Reto como país
El pueblo hondureño debe de tomar conciencia de la situación en la que se encuentra el país, para ello, los expertos concuerdan en que tiene que haber una reestructuración de los órganos de poder.
“Se necesita una Carta Constitucional con un nuevo pacto social, para que grupos marginados como las etnias, productores, mujeres y jóvenes, tengan voz. No tiene que haber solo representación partidaria”, declaró Vélez.
El país podría salir del atollo en el que se encuentra actualmente si el soberano tuviese una participación verdadera, indicaron los historiadores.
“El desafío es pensar cómo se puede construir una democracia más participativa, inclusiva, capaz de contar con estrategias para proteger los recursos naturales y garantizar que la renta que produzcan estos recursos, se distribuya en cobertura social, médica y seguridad ciudadana”, apuntó Edgar Soriano.
“Se ocupa de un mecanismo que incluya un plan de nación e incluir un modelo de educación intercultural para que se le dé el valor que tienen nuestras etnias y no quitar su territorio”, declaró, Marco Tinoco.
Dada la riqueza cultural, natural y humana, el soberano tiene el poder para hacer los cambios que el país tanto requiere, asimismo, poder completar el sueño que próceres y pueblos sometidos quisieron durante estos 200 años de historia.
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