DE MUJERES. Las sentadillas es uno de los ejercicios más clásicos que hay. Muchas veces las sacamos de nuestra rutina sin conocer los importantes beneficios que esta práctica tiene para nuestro cuerpo.
Si necesitas una rutina que brinde provecho a todo tu cuerpo, tienes que optar por esta actividad pues cumple con todos los requisitos.
Las sentadillas no solo puede ayudarte a ganar agilidad, sino que también te dan fortaleza para otras actividades como caminar o realizar el resto de los ejercicios.
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Beneficios de practicar sentadillas
1. Las sentadillas tonifican la zona inferior del cuerpo y los músculos centrales
Las sentadillas trabajan especialmente la parte inferior del cuerpo, específicamente los cuádriceps y los glúteos. Es ideal para tonificar esta zona que además sirve de base a la columna y al equilibrio del cuerpo.
Esta actividad ayuda a que te pongas en cuclillas, y así activas el funcionamiento del corazón mientras trabajas para estabilizar tu cuerpo durante el movimiento.
2. Queman calorías y ayudan a perder peso
Para realizar este ejercicio se amerita el funcionamiento de muchos grupos de músculos a la vez lo que hace que el cuerpo incremente la producción de hormonas anabólicas que ayudan a perder grasa y desarrollar músculo.
Las sentadillas, como movimiento para entrenar la fuerza, pueden ser una parte importante de cualquier plan de pérdida de peso. Acelera el metabolismo y disminuye la grasa corporal.
3. Reduce el riesgo de lesiones
Además de su eficacia para ganar fuerza, adelgazar y tonificar los músculos, practicar este ejercicio con regularidad permite reducir el riesgo de lesiones en la rodilla y el tobillo.
El movimiento que se hace con las sentadillas fortalece los tendones, así como los huesos y los ligamentos alrededor de los músculos de las piernas y, particularmente, puede ayudar a aliviar parte de la carga de las rodillas y los tobillos.
¿Cómo hacer las sentadillas correctamente?
Para realizar este ejercicio correctamente, debes pararte derecha con los pies separados al ancho de los hombros. Flexiona las rodillas y las caderas, sacando el trasero como si estuvieras sentada en una silla.
Ponte en cuclillas hasta que sus muslos se encuentren paralelos al suelo. Las rodillas deben colocarse sobre los tobillos.
Mantente en esta posición un segundo con la espalda recta y estira las piernas para regresar a la postura inicial.
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