Una vida saludable, tanto en la alimentación como en el manejo de las emociones y en la práctica del ejercicio físico, ayuda a controlar los brotes de psoriasis. De acuerdo con la gravedad del diagnóstico y con orientación dermatológica, puedes practicar deportes que contribuyan de manera positiva con el tratamiento de la enfermedad.
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Atender la psoriasis no se trata solo de cuidar el aspecto de la piel. Cuando abordas los factores internos con fármacos y con actividades que fomenten un buen estado de ánimo, hay mayores posibilidades de moderar las secuelas. Te enseñaremos el amplio aporte del ejercicio en esta afección.
Psoriasis: un problema del sistema inmunitario
La psoriasis es una enfermedad crónica de la piel producida por alteraciones en el sistema inmunitario. La Clínica Universidad de Navarra (CUN) explica que esta patología evidencia placas eritematosas delimitadas y cubiertas por escamas nacaradas.
En ocasiones, el diagnóstico provoca capacidad disfuncional. Incluso, es posible que la primera valoración médica llegue a confundirse con la artritis reumatoide.
Las causas tienen que ver con la genética, las infecciones, el estrés y las reacciones secundarias de algunos medicamentos. Aparte del tejido articular, las zonas del cuerpo que resultan afectadas son las siguientes:
- Cara
- Uñas
- Codos
- Rodillas
- Genitales
- Cuero cabelludo
- Planta de los pies
- Mucosa de la boca
- Palma de las manos
- Parte baja de la espalda
Síntomas y tipos de psoriasis
De acuerdo con la Clínica Mayo, los síntomas de la psoriasis varían en cada persona. En general, las señales están marcadas por la aparición de un sarpullido, manchas rojas o moradas y de textura áspera.
En cuanto a la clasificación, existen los siguientes tipos:
- Inversa: lesiones rojas, lisas y brillantes en zonas blandas y de pliegues, como las axilas, las nalgas y debajo de los senos.
- Ungueal: las uñas de las manos o de los pies crecen con anormalidad, cambian de color y pican. Existe el riesgo de onicolisis.
- En gotas: se trata de puntos pequeños en las extremidades o en el cuerpo. Los diagnósticos frecuentes son en niños.
- Pustulosa: muestra ampollas de pus, rodeadas de rojeces. Su aparición es localizada, reducida o extensa. La sufren los adultos.
- Artritis psoriásica: consiste en la inflamación articular ligada a las alteraciones cutáneas. Suele aparecer tiempo después de las lesiones de la piel.
- En placas: es la más común y consiste en la formación de laceraciones más elevadas en relación con el resto de la piel. Puede cubrirla una capa escamosa.
- Eritrodérmica: es inflamatoria y afecta gran parte del cuerpo. Las láminas tienden a desprenderse, provocando dolor y molestias intensas. Es la menos frecuente de las psoriasis.
Vínculo entre el ejercicio físico y la psoriasis
Estudios apuntan que el deporte regular disminuye los brotes dérmicos. De hecho, la ONG Acción Psoriasis recomienda realizar actividad física varias veces en la semana, durante lapsos de 45 minutos.
Entre las disciplinas sugeridas destacan caminar, andar en bicicleta, nadar y bailar. La ONG enfatiza en la selección de un ejercicio que le guste al paciente, porque así se conserva el hábito.
Las prácticas se llevarían a cabo en la medida de lo posible. En ocasiones, el dolor por artritis psoriásica dificulta los movimientos. Sucede igual en cuadros de psoriasis plantar o si el paciente escoge un deporte de contacto.
¿Cuáles son los beneficios del ejercicio físico?
El deporte tiene un papel complementario en el tratamiento de esta enfermedad de la piel, incidiendo en la eficacia de medicamentos y en la calidad de vida del paciente. Revisemos las principales ventajas del ejercicio físico para la psoriasis.
Minimiza el peligro de hipertensión y de diabetes
La psoriasis minimiza el nivel de gravedad de los casos de hipertensión, en comparación con las personas ajenas a la condición inmunitaria, como expone la Fundación Española del Corazón.
Añaden que los problemas hipertensivos conducen a riesgos de eventos cardiovasculares. Como medida preventiva, el ejercicio diario encabeza los consejos, junto con la alimentación cardiosaludable, no fumar y moderar el consumo de alcohol.
Por otra parte, la revista Diabetes refiere que los pacientes con psoriasis muestran más resistencia a la insulina. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) señalan que la actividad física hace que el cuerpo sea más sensible a esta hormona, reduciendo el azúcar en la sangre.
Combate la obesidad
Los síntomas visibles de la psoriasis influyen en que algunas personas diagnosticadas cambien su estilo de vida para no exponer las lesiones. Inclusive, hay quienes evitan salir y evaden los deportes al aire libre o los gimnasios.
Este sedentarismo podría derivar en obesidad. Una publicación de la revista Actas Dermo-Sifilográficas menciona que, así como la patología interviene en el trastorno de peso, la obesidad predispone a la psoriasis.
Aumenta la fuerza muscular
Espondilopedia distingue el ejercicio físico para la psoriasis como un pilar en el tratamiento. Esta red de contenidos científicos asevera que el deporte alivia el dolor y la rigidez de la artritis psoriásica y potencia la calidad de los músculos.
Para lograrlo, el paciente debe desempeñar rutinas que incluyan ejercicios aeróbicos y de fortalecimiento muscular. Además de circuitos isométricos, en caso de inflamación articular aguda.
Mejora la flexibilidad en las articulaciones
Acción Psoriasis comenta que el aquagym, la natación y caminar en el agua son buenas terapias para las personas con artritis psoriásica. Los ejercicios acuáticos protegen los impactos contra las articulaciones y mejoran la flexibilidad, en especial si se desarrollan en agua caliente.
Reduce el estrés
La Academia Española de Dermatología y Venereología nos dice que el estrés guarda relación con el empeoramiento de la psoriasis. Por su parte, la Asociación Americana de Psicología (AAP) puntualiza que ejercitarse conviene a la salud mental, pues ayuda al cerebro a sobrellevar el estrés.
La AAP habla de pruebas preliminares en las que personas físicamente activas presentan bajos índices de depresión y de ansiedad, contrario a quienes llevan una vida sedentaria.
Fuente: Mejor con Salud.
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