REDACCIÓN. La amistad auténtica es una de las cosas más maravillosas que nos pueden ocurrir en esta vida. Tener a alguien fiel en quien confiar y divertirse, contar con su apoyo en los altibajos y los reveses de la vida o poder confesarle nuestras preocupaciones vale su peso en oro.
Evidentemente existen muchos tipos de amigos. Algunos son, simplemente, grandes compañeros de diversiones; otros, en cambio, lo son todo en nuestra vida, casi como nuestra familia. Y es que a lo largo de nuestra existencia podemos conocer a muchas personas y hacer buenas amistades, pero amigos de verdad hay pocos.
Con el pasar de los años podemos perder contacto con algunos de ellos, aunque siempre quedan esos buenos amigos, los de la infancia, los que al reencontrarnos con ellos al cabo de un tiempo parece que no nos hubiéramos separado ni un instante.
Algunos de los beneficios de amistad son:
Te ayudan a vivir más
Las personas con una vida social activa y con buenas relaciones interpersonales viven más tiempo, tal y como afirma un metanálisis llevada a cabo en 2010. Para el estudio, se examinaron 148 investigaciones que pretendían encontrar algún tipo de relación entre la amistad, las habilidades sociales y la mortalidad.
Los sujetos de los diversos estudios sumaban más de 300.000 participantes. Según los resultados, cuanto más fuertes eran los lazos en las relaciones sociales, más tarde morían los sujetos. Los investigadores afirman que la relación puede estar en la importancia de la amistad para superar las situaciones estresantes de la vida, y este impacto positivo afectaría significativamente en la salud tanto mental como física.
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Reducen el estrés
Son muchos los estudios que afirman que la amistad reduce el estrés. De hecho, los psicólogos de las organizaciones llevan tiempo estudiando la relación entre la buena relación con los compañeros de trabajo y el burnout o estrés crónico.
Parece ser que las relaciones sanas con los compañeros de trabajo funcionan como un amortiguador frente a este fenómeno, reduciendo sus síntomas y participando en su prevención.
Mayor diversión
Los amigos nos proporcionan buenos momentos y situaciones divertidas. De hecho, asociamos la amistad con los ratos divertidos y con compartir actividades que nos resultan placenteras y agradables. Si encima tenemos un amigo de esos que se pasan el día contando chistes, nuestra salud y nuestro bienestar se ven mejorados notablemente.
Alivian el dolor
Los amigos no solamente alivian el dolor emocional cuando estamos tristes y nos escuchan y nos prestan su apoyo más incondicional, sino que pueden ayudarnos también a reducir el dolor físico. Esto es lo que afirma una investigación publicada por la Psychosomatic Medicine, que afirma que la percepción del dolor se ve reducida cuando estamos físicamente junto a una persona que consideramos cercana.
Mayor equilibrio emocional
Los seres humanos somos seres sociables y, por tanto, necesitamos el contacto con otras personas. La privación de amistad repercute negativamente en nuestro equilibrio mental. Los amigos aumentan nuestra autoestima y nos hacen sentir bien en los malos momentos. Es difícil imaginarse una persona feliz sin tener amigos.
Ayudan a evitar la obesidad
Los amigos ayudan a evitar la obesidad. Al menos esto es lo que concluye un estudio publicado en Annals of Behavioral Medicine. Los investigadores explican que, especialmente en la infancia: “la socialización tiene un efecto sustitutivo de la comida”, lo que hace que comamos menos al estar entretenidos. Sin duda, unos resultados curiosos.
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