Un nuevo giro inesperado ocurrió en Brasil cuando dos bebes contagiados de Covid-19 fallecieron. La enfermedad parece estar arrebatando la vida a bebés y niños pequeños a una tasa inusualmente elevada.
El nombre de los pequeños fallecidos eran Leticia y Lucas, quienes perdieron la guerra contra el virus mostrando un único síntoma como la fiebre.
Preocupada por su hija y una fiebre que no bajaba, su madre, Ariani Roque Marinheiro, llevó a su pequeña niña, Leticia, a un hospital. Allí, los médicos le dieron una noticia preocupante: tenía COVID-19.
Dos semanas después, el 27 de febrero, Leticia falleció en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de Maringá, en el sur de Brasil, tras pasar varios días con dificultades respiratorias.
“Todo pasó muy rápido, de repente ya no estaba con nosotros”, dijo Marinheiro, de 33 años. “Ella lo era todo para mí”.
Durante la enfermedad los dos bebé sufrieron inflamación en varios de sus órganos. La doctora Marisa Dolhnikof, diagnosticó estos síntomas como Síndrome Inflamatorio Multisistémico Pediátrico.
Un estudio hecho en San Pablo, publicado en The Lancet, afirmó que, en cinco autopsias realizadas a niños, se detectó infección por Covid-19, en el corazón, intestinos y en algunos casos, en el cerebro.
Cabe señalar que, algunos de estos menores no tuvieron los típicos síntomas, como pérdida del olfato, del gusto y dificultad para respirar
La patóloga Dolhnikof detalló que: «No hay que dejar en casa durante la pandemia a niños con fiebre alta por varios días y que tenga cualquiera de los síntomas como ser: caída de ánimo, vómito, diarrea y cansancio extremo».
MENORES FALLECIDOS POR COVID
Según el Ministerio de Salud de Brasil, desde el inicio de la pandemia, 832 niños menores de 5 años murieron por el virus. Existen pocos datos comparables porque cada país rastrea el impacto del virus de manera diferente. Sin embargo, en Estados Unidos, que tiene una población mucho más grande que Brasil, y un número general de muertes por COVID-19 más alto, han fallecido 139 niños menores de 4 años.
Fátima Marinho, epidemióloga de la Universidad de São Paulo, afirmó que, el número oficial de muertes infantiles en Brasil muy probablemente sea un recuento sustancialmente inferior, ya que la falta de pruebas generalizadas implica que muchos casos no son diagnosticados, dijo.
La doctora, quien dirige un estudio que totaliza el número de muertos en la población infantil tanto en casos sospechosos como confirmados, calculó que más de 2,200 niños menores de 5 años han muerto desde el inicio de la pandemia, incluyendo más de 1,600 bebés de menos de un año.
“Estamos presenciando un impacto enorme en los niños”, dijo Marinho. “Es una cifra absurdamente elevada. No hemos visto esto en ningún otro lugar del mundo”.
“A los niños no les están aplicando pruebas de diagnóstico”, expresó. “Los envían a casa, y es solo cuando estos niños regresan en condiciones realmente graves que sospecha de COVID-19”, lamentó.
Los casos en niños se dispararon en medio de la explosión más amplia de infecciones en Brasil, que los expertos atribuyen a la respuesta displicente del presidente Jair Bolsonaro a la pandemia y a la negativa de su gobierno a tomar medidas enérgicas para promover el distanciamiento social.
Algunos de los niños que han fallecido por el virus ya tenían problemas de salud que los hicieron más vulnerables.
Sin embargo, la epidemióloga calculó que estos casos apenas representan poco más de una cuarta parte de las muertes entre niños menores de 10 años. Esto sugiere que los niños sanos también parecen estar en mayor riesgo al contraer el virus en Brasil, finalizó.
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