TEGUCIGALPA. Entre tristeza, dolor y lagrimas, parientes de la familia que murió por intoxicación en Estados Unidos piden a las autoridades de Honduras que les ayuden a repatriar a sus hijos, nietos y nuera, para darles sepultura en suelo catracho.
«Ayuda, ayuda le pido al Gobierno, al consulado hondureño. Yo no quiero que mis hijos sean enterrados allá, ni mis nietos. Yo hablé con mi hijo la semana pasada. Me dijo ‘papi, espere dinero el 22, oiga bien’. No conocí a mis nietos, ahora necesito ayuda humanitaria para que mis hijos sean enterrados aquí donde nacieron», relató Eugenio Hernández, padre de los fallecidos.
Por su parte, la madre dijo que ella tenía mucho tiempo sin hablar con uno de sus hijos que falleció. «Te pido, Señor, tú que tienes poder, que me los manden, quiero abrazarlos por última vez a mis hijos”, pronunció.
«Mándenmelos para acá, los queremos ver, mis hijos, mis nietos. Yo los quiero tener aquí a todos, quiero abrazarlos por última vez. Dios mío, los quiero aquí», agregó entre lágrimas.
Los vecinos se sumaron al lamento de los familiares. «Nosotros jugábamos pelota con ellos. Estamos apesarados, la verdad, uno de los hijos formaba parte de un canal de comunicación de los medios de acá», dijo uno.
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Siete miembros de una familia hondureña murieron intoxicados por inhalación de monóxido de carbono del sistema de calefacción de la casa donde vivían en Moorhead, Estado de Minnesota, Estados Unidos.
A las víctimas las identificaron con los nombres de Belin Humberto Hernández, Marleny Jackeline Pinto (esposos), y sus hijos Breylin Fabela, Mike Bradley y Marbeli Hernández.
También fallecieron Elder Noé Hernández Castillo, hermano de Belin Humberto Hernández, y Mariela Pinto, sobrina de Marleny Pinto.
Por otro lado, se confirmó que los hondureños eran originarios de Río Lindo, San Francisco de Yojoa. La Policía de Minnesota dio a conocer que las siete personas habían muerto la madrugada del pasado sábado.
Las autoridades llegaron hasta la casa de la familia hondureña luego de que amigos hallaran los cuerpos.
«Esta es una tragedia absolutamente horrible, que se hace aún más conmovedora, ya que está cerca de las vacaciones», escribió la alcaldesa Shelly Carlson, a través de un comunicado enviado al Star Tribune.
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