El ritmo al que avanza la tecnología en estos tiempos es algo que jamás se había visto. Hoy en día el avance tecnológico más importante es rebasado por algo que lo puede hacer más rápido y mejor en cuestión de meses. Aún así, hay cosas que no nos dejan de sorprender, como tener el compendio de todo el conocimiento humano a través de la historia en la palma de nuestras manos, o que un auto de producción rebase los 400 km/h.
Pero por el momento, los autos siguen siendo autos, y aunque difieren mucho de cómo eran en sus inicios, siguen teniendo cuatro ruedas, un volante y pedales. Pero en realidad, ¿qué tan diferentes son de los vehículos que se podían comprar hace 100 años? No hay muchas marcas que han sobrevivido tanto tiempo, pero las que lo han hecho es por algo, y algunas siguen utilizando la misma fórmula, aunque evidentemente actualizada.
El lujo no tiene nada que ver con los gadgets
El lujo no depende de los gadgets y el equipamiento, sino de la capacidad del auto de “removerte del camino”, de qué tanto te puede aislar de lo que pasa afuera. Esto se logra por medio de insonorización de la cabina, una puesta a punto en la suspensión que te haga pensar que el auto está flotando, y un habitáculo con materiales y acabados tan bien hechos que prefieras estar ahí que en tu propia sala.
Hay pocas marcas que logran esto, y Rolls-Royce siempre es la primera que viene a la mente. Actualmente, Rolls-Royce sigue siendo la marca de lujo por excelencia, y hace 100 años también lo era. Los modelos de la marca británica de hace un centenario distan mucho de los actuales, pero ambos comparten la misma premisa: ser el mejor auto de lujo del mundo. Evidentemente hace 100 años el equipamiento no tenía nada que ver con lo que hay hoy en día, pero el lujo nunca se trató de eso.
El Rolls-Royce Silver Ghost 40/50 era el auto de lujo por excelencia hace 100 años. Era un auto diseñado específicamente para reducir las vibraciones del motor aparte de contar con bastante potencia. 80 caballos de fuerza puede no ser mucho hoy en día, pero en 1917, era bastante. El Silver Ghost estaba muy bien equipado, contaba con una transmisión de cuatro velocidades, encendido eléctrico y luces eléctricas. Si algo ha demostrado Rolls-Royce a través de los años, es que el lujo no se mide en equipamiento, se mide en la experiencia de manejo.
Y el auto se hizo popular
Cuando los automóviles comenzaron a popularizarse, evidentemente eran bastante caros, pero poco a poco su precio fue disminuyendo, y la llegada del Ford Modelo T con su línea de producción abarató mucho más los costos, permitiéndole a la gente común poder comprar un auto. En 1908, un Ford Modelo T costaba en Estados Unidos 850 dólares, cerca de 25 mil dólares actualmente, mientras que para 1916 el precio había bajado a 260 dólares, el equivalente a poco menos de 6 mil dólares en la actualidad.
Gracias al Ford Modelo T, las familias por fin pudieron hacer el cambio de carruajes de caballos a automóviles
El auto más económico que se puede comprar hoy en día tiene un concepto muy parecido al del Modelo T al incluir sólo lo necesario: volante, pedales y palanca. Por cierto, mecánicamente el funcionamiento del Modelo T es muy diferente al de los autos como los conocemos hoy en día.
Desde que se inventaron los autos, se inventaron las carreras de autos
El término “auto deportivo” se acuñó hasta después de la Primera Guerra Mundial, pero eso no quiere decir que no existieran ejemplares que estaban diseñados para ser lo más rápidos posible. Evidentemente las velocidades que alcanzaban en esa época no se comparaban con los más de 400 km/h a los que puede llegar un Bugatti Veyron hoy en día, pero en 1905 ya estaban rebasando los 160 km/h, aunque fue hasta 1949 que un auto de producción rompió la barrera de los 200 km/h.
Para muchos, el Mercedes 60HP de 1903 podría considerarse como el inicio de los autos deportivos de producción, pero el primer deportivo real fue el Prince Henry con motor 3 litros fabricado por Vauxhall y Austro-Daimler, diseñado ni más ni menos por el mismo Ferdinand Porsche. El auto tenía una potencia de 60 caballos de fuerza, bastante para la época, y a diferencia de lo que estaba haciendo Rolls-Royce, este estaba creado para ir lo más rápido posible.
La importancia de los vehículos de trabajo
Las pick-ups han sido parte sumamente importante de la industria automotriz, sobre todo en Estados Unidos. Los vehículos de trabajo personales han sido parte importante del crecimiento de la industria y del país como tal. Chevrolet ha estado haciendo pick-ups desde hace 100 años, y la fórmula sigue siendo la misma: crear un vehículo de carga que pueda llevar al menos a dos personas cómodas en la carretera al mismo tiempo que carga con una tonelada de material. La capacidad de carga ha cambiado bastante, pero la idea es esa.
La primera pick-up creada por Chevrolet llegó en 1918 y tenía una capacidad de carga de una tonelada. Irónicamente se llamaba Model T… sí, le pusieron el mismo nombre que al auto más famoso y más vendido del mundo en esa época. El precio de la Chevrolet Model T era de 1,245 dólares, poco más de 20 mil dólares de la actualidad.
Esta pick-up se creó como una respuesta del Ford Modelo TT, una versión pick-up del Modelo T que se vendía únicamente como chasis, el cliente tenía que conseguir su propia carrocería. Esto suena muy extraño hoy en día, pero en esa época era muy común comprar el chasis de un auto y que alguien más fabricara la carrocería. Dodge/Ram también cumplirá 100 años de fabricar pick-ups muy pronto, en 2021 para ser exactos.
Fuente: Motor Pasión MX
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