CORTÉS, HONDURAS. Las imágenes de mujeres con sus hijos en brazos o de niños a medio vestir, muchas veces descalzos y bajo el sol, son las que se observan en diferentes puntos de la ciudad de San Pedro Sula y de varias partes del país.
La respuesta más común de las personas que andan en las calles es «no tenemos trabajo, no nos queda de otra que pedir». Según expertos, con la pandemia y los fenómenos tropicales Eta e Iota, la tasa de desempleo ha aumentado, la pobreza igual, y por lo tanto la mendicidad también.
Los analistas señalan que los indicadores micro y macroeconómicos muestran la situación actual del país. Sin embargo, el reflejo de la deteriorada economía agudizada por la pandemia se vive día a día en los semáforos, bulevares y calles de las principales ciudades, donde familias enteras con rótulos en mano se dedican a pedir.
Lo más preocupante de la situación, según los expertos, es que son cientos de niños que andan en la calle y eso representa menos educación y más pobreza para el territorio hondureño. Además, ahora andan no solo son infantes, sino familias completas que se adaptan a esta manera de «sobrevivir».
Otra nota: Honduras, entre los países donde más se incrementó la pobreza extrema
Diario Tiempo Digital se contactó con el economista Rafael Delgado, quien dijo que «la mendicidad es el resultado de la pobreza extrema. Son hogares hondureños que no tienen trabajos, ingresos, ni condiciones normales para vivir».
Para Delgado, la mendicidad actualmente ha llegado a los límites, porque no hay una política por parte del estado que pueda de alguna forma amortiguar la extrema pobreza.
Asimismo, el economista dijo que debido a la crisis económica por la pandemia, y más luego de Iota y Eta, ya se preveía esta situación.
De pobreza a pobreza extrema
«No hay datos precisos pero sí es de esperarse. Es de sospechar, que muchos hogares hondureños han pasado de la pobreza relativa a la pobreza extrema».
«La pandemia paralizó el país, los fenómenos tropicales tuvieron un impacto severo en el país porque destruyó activos. El país requiere de muchos recursos para restablecer todos los activos afectados», explicó.
Además, según el experto, la única solución para que familias hondureñas puedan tener una calidad de vida y bajen los índices de mendicidad es tener un «gobierno ágil».
«Necesitamos un gobierno ágil, un gobierno que invierta y gaste mucho de manera efectiva como lo están haciendo otros países del mundo», externó.
Para el economista, las personas que han caído en la mendicidad tiene un estado físico y mental muy deteriorado. Por lo tanto, aunque se les proporcionara empleo deben pasar por un proceso de formación y aprendizaje.
Por su parte, el sociólogo José Luis Herrera habló a Tiempo Digital sobre las cifras alarmantes de la pobreza y pobreza extrema en este último año.
«Actualmente a raíz de los huracanes Eta e Iota y pues a raíz del cierre prácticamente de las ciudades y del estancamiento de la economía, ha habido un incremento a más del 70 % de la pobreza en la población, según datos de la UNAH», explicó.
Además, la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) señala que que el 53.4 por ciento de los hogares hondureños vive en extrema pobreza, mientras que en 2019 ese porcentaje era del 36.7 por ciento.
El crecimiento económico promedio registrado en Honduras entre 2001 y 2020 ha sido insuficiente para reducir los niveles de pobreza e impulsar el desarrollo, generando “una falsa ilusión de bienestar”, sostuvieron.
Factores que causan mendicidad
Según el sociólogo, «la falta de oportunidades de adquirir un empleo, la falta de posibilidades que las personas puedan acceder de manera gratuita a una educación pública de calidad, esas son algunas de las condiciones que permite que las personas se vean obligadas a pedir en las calles».
Herrera también específico que en la zona norte es donde más se ha visto un aumento de la mendicidad, debido al duro golpe de Iota y Eta.
También, comentó que esta condición de pedir dinero en las calles, tiene un impacto grande, especialmente en los niños.
«La violencia económica genera otros tipos de violencia. La violencia económica creó las maras y pandillas, la violencia económica provocó el narcomenudeo», aseveró.
Para el profesional de la sociología, la situación es alarmante, ya que según él, jamás imaginó ver el segundo anillo de la capital industrial repleto de familias pidiendo dinero y comida.
«Ahora en todos los semáforos de San Pedro Sula y de la capital prácticamente hay personas pidiendo y los niños definitivamente son los más afectados porque no existe una protección de la niñez».
El sociólogo enfatizó que el aumento de mendicidad solo refleja el fracaso del modelo económico y de la forma de gobierno actual que tiene el país.
«El papel que ha jugado el gobierno es no solucionar nada, sacar préstamos con organismos internacionales financieros que terminan en el bolsillo de funcionarios públicos», dijo.
Nota para nuestros lectores:
Suscríbete gratis a más información en nuestro WhatsApp haciendo clic en el enlace: http://bit.ly/2LotFF0