TEGUCIGALPA, HONDURAS. Eran casi las 4:30 de la madrugada cuando dos mujeres se dirigían a hacer la compra de un producto, ya que tienen un negocio en la Feria del Agricultor y el Artesano que está en las cercanías del Estadio Nacional.
Las féminas se conducían en un camioncito color blanco e iban desde Tatumbla.
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El camión se apagó y reinó el terror
«Venía preocupada porque el carro ha estado fallando«, expresó una de las mujeres, como una aclaración inicial para el relato de lo que les pasó después.
Afirmó que varios vehículos pasaban por la calle con normalidad, sin embargo, de un momento a otro, una motocicleta las impactó. «Fue muy rápido y nosotras gritamos. Ella (su acompañante) se puso más nerviosa», acotó.
Seguido, apuntó que, en ese momento inoportuno, el camión se apagó y no volvía a encender. Es así que llamó al 911, donde la operadora les indicó que debían moverse; corrieron a buscar un escondite.
Tiempo después, cuando ya había pasado el peligro, se aproximaron al automotor nuevamente para ver qué daños tenía.
Balas y un mensaje de odio
Allí constataron que tenía dos impactos de bala en la puerta del pasajero, que está en la parte izquierda, ya que ese camión tiene la característica de que el timón está en la derecha, aspecto que no es habitual en Honduras.
Por otra parte, descubrieron que les dejaron un papel arrugado, en forma de una pelota, en la paila. Cuando lo extendieron pudieron leer lo que decía: «Marimachas hijas de p… ¿no se la creen, verdad? Las vamos a matar«.
Además de esa leyenda, los autores agregaron un dibujo de los genitales masculinos y un mensaje alusivo a una felación.
Las mujeres lamentan que, aunque recibieron la instrucción en la llamada, más de dos horas después no había rastro de las autoridades en el sitio donde les emboscaron.
No es la primera vez
Asimismo, la víctima reveló que esta es la tercera ocasión que les hacen un atentado por sus preferencias sexuales. Por tal situación hizo una denuncia ante organismos de Derechos Humanos ya que desconfía de las fuerzas de seguridad.
Con anterioridad, le quemaron una motocicleta frente a su vivienda. En ese inmueble también le escribieron, con pintura en aerosol, la palabra «Marimacha». Igualmente, precisó que la primera vez que las agredieron también les gritaban palabras de odio y discriminación.
La fémina tiene un morete en su rostro y asegura que le quedó tras un asalto que les hicieron el martes nueve de febrero. «Nos atacaron, nos quebraron el vidrio, nos sacaron del carro y nos golpearon«, contó, mientras teme que lo peor todavía esté por llegar.
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