La artrosis de cadera consiste en la degeneración o desgaste del cartílago hialino presente en cada extremo de una articulación. Este cartílago la recubre para protegerla contra deslizamientos de la articulación sobre otra así como la amortiguación de cargas.
Un desequilibrio por traumatismo, defecto genético e incluso mal uso de la articulación disminuye la capacidad de retener agua del cartílago. Esto da lugar a un desgaste progresivo de la articulación hasta que los huesos acaban deformándose. Por este motivo hay dolor y pérdida de movilidad.
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Causas y factores de riesgo
La causa de la artrosis de cadera es desconocida aunque existen varias condiciones que favorecen su aparición. Por ejemplo, existe una carga genética. Por ello, la artrosis se puede heredar.
Las malformaciones de los miembros también predisponen a padecerla, en especial en las extremidades inferiores, que soportan el peso. Por esta razón, el sobrepeso o la obesidad contribuyen a sobrecargar las caderas y rodillas, aumentando la posibilidad de desgaste.
La práctica deportiva intensiva puede favorecer también la aparición de artrosis, sobre todo en la extremidades inferiores, así como determinados oficios. Los traumatismos también pueden conducir a una artrosis precoz ya que una fractura puede dar lugar a que la articulación deje de encajar bien.
Síntomas de la artrosis de cadera
El síntoma más importante es el dolor que se manifiesta en la ingle, en el muslo, en la parte interna de los muslos e incluso en las rodillas. El dolor suele estar relacionado con la actividad y se alivia con el reposo. Aunque este tipo de dolor se denomina «dolor mecánico» y es diferente al dolor articular inflamatorio.
El dolor articular inflamatorio persiste incluso en reposo. Pueden estar afectadas las dos caderas, aunque generalmente duele solo una o principalmente una.
Tanto el dolor como la incapacidad son progresivos aunque la evolución son diferentes en cada persona. La cojera es otro síntoma de la artrosis de cadera. Se acompaña de un característico balanceo del cuerpo si afecta a ambas articulaciones.
La artrosis de cadera tiene una evolución lenta con el transcurso de los años, dependiendo de la actividad que lleve. Muchas personas con la ayuda de un tratamiento adecuado, pueden hacer vida normal.
Diagnóstico
El diagnóstico se hace con un interrogatorio sobre los síntomas y sus características. Además, se hace una exploración de la articulación de la cadera, con sus movimientos. De esta forma, el especialista puede evaluar el grado de artrosis que existe.
La radiografía de la cadera se hace para confirmar el diagnóstico. Se observan los cambios típicos que produce la artrosis de cadera. Esto permite establecer un pronóstico sobre la gravedad, en función de que la cadera se encuentra más o menos desgastada.
No existe una relación directa entre la intensidad de la degeneración y la de los síntomas. No obstante, una cadera muy desgastada puede estar libre de dolor, aunque siempre estará más rígida, y viceversa.
Tratamiento de la artrosis de cadera
El tratamiento de la artrosis está orientado a aliviar el dolor y atender la incapacidad funcional. Para ello, el médico recetará algunos fármacos al paciente.
- Analgésicos: son los medicamentos más utilizados. Reducen el dolor y mejoran la rigidez de la articulación. El analgésico más común es el paracetamol.
- Antiinflamatorios: son antiinflamatorios no esteroideos, se emplean especialmente cuando el dolor es más agudo.
- Condroprotectores: son sustancias constituyentes del cartílago articular y que disminuyen el dolor. Dentro de este grupo se incluyen la glucosamina y el condroitín sulfato.
- Terapia interarticular o infiltraciones: se administra dentro de la articulación sustancias antiinflamatorias. En la mayoría de ocasiones se infiltran glucocorticoides y más recientemente el ácido hialurónico.
Adicionalmente, recomendará mantener un estilo de vida saludable y, en caso de necesidad, sugerirá emplear algunas medidas para el alivio de las molestias como la aplicación de compresas frías y fisioterapia.
Buenos hábitos, el mejor apoyo para el día a día
Adoptar y mantener una buena higiene postural, evitar el sobreuso o mal uso articular, hacer ejercicio físico con regularidad, tomar medidas para prevenir o tratar la obesidad y usar un calzado adecuado son algunas de las medidas más recomendadas por los expertos para el bienestar los pacientes con artrosis de cadera.
Cabe destacar que la práctica de ejercicio físico tendrá sus particularidades, según el paciente. Por ello, este deberá consultar con su médico tratante siempre.
Fuente: Mejor con Salud.
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